lunes, 29 de noviembre de 2010

Las estrellas de la fania

La fania hizo leyenda
Ismael Miranda tras el concierto ofrecido por algunos componentes de la mítica Fania, en el festival promovido por la FUNDACIÓN el año 98 en Bilbao

El impulso definitivo a la Música Caribeña sería la creación del sello Fania Record en 1964, obra de Johnny Pacheco y el abogado judío Jerry Massuci, que, a través de grandes conciertos donde reunían a los mejores músicos caribeños lograron imponer la nueva música de fusión. Películas, discos y conciertos multitudinarios impulsaron definitivamente la nueva Música Tropical en Nueva York, Miami, Puerto Rico, Venezuela, Colombia, Santo Domingo, Panamá y más tímidamente en Costa Rica, Méjico y Nicaragua, bajo el nombre de Salsa.

Los inicios del nuevo sello discográfico decidieron a Pacheco a transformar su Charanga en un Conjunto de Son con lo que obtuvo sus primeras ganancias para el nuevo sello. Por aquellos entonces Pacheco utilizaba su coche particular para distribuir sus discos. Los primeros fichajes de la compañía fueron un pianista judío-americano llamado Larry Harlow, que provenía del rock y el jazz pero amaba el Son tras vivir varios años en Cuba y un joven trompetista puertorriqueño, Bobby Valentin
Harlow pronto triunfa incorporando a su banda al joven Ismael Miranda, nacido en «La Cocina del Diablo» o barrio latino de Manhattan. La Fania firma luego a Ray Barreto y su orquesta con lo que las ventas de la compañía comienzan a ser muy importantes.

En 1967 la Fania firma a un trombonista de 15 años, Willie Colón, nacido en el Bronx que graba su, primer disco, «El Malo», con la voz de un cantante llegado de Puerto Rico, Héctor Pérez, que cambiaría su apellido por el más comercial de Lavoe.

La Fania seguirá fichando a las jóvenes orquestas que salen del barrio latino junto a veteranos cantantes cubanos como Monguito y Justo Betancourt. Para el final de la década de los 60 la Fania se ha impuesto ya a los tradicionales sellos Tico y Alegre.
EN DIRECTO DESDE CHEETAH

El 26 de agosto de 1971 se celebra en el Cheetah de la calle 52 una reunión histórica de las estrellas de la Fania que es grabada para realizar la película Nuestra Cosa Latina "Our Latin Thing". La primera reunión de las estrellas se había realizado en 1968 en el Red Garter para realizar una Descarga típica de Latin-jazz. Esta segunda reunión nada tenía que ver con la primera ya que en la música que se interpretó fue dirigida a los bailadores que llenaban la sala y las Descargas de esta reunión resultaron livianas y comerciales.

A la cabeza de esta reunión de estrellas estaba Johnny Pacheco, ya con 12 discos publicados. Le acompañaban Ray Barreto, el pianista puertorriqueño Ricardo Ray, Larry Harlow, Willie Colón, Bobby Valentín y Roberto Roena, siete lideres de orquestas con sus cantantes apoyados por veteranos músicos caribeños del ambiente neoyorkino.

Fania All Stars contaba con una sección percutiva con Ray Barreto en las tumbadoras, Roberto Roena (el bailarín del Combo de Cortijo que un día, por ausencia del bongosero, comenzó a tocar este instrumento) que realizó un aceptable solo en «Ponte Duro» y Orestes Vilató, un veterano pailero cubano integrante de la orquesta de Barreto.

La sección de viento contó con un primer trombón excepcional, Barry Rogers, un americano que dominaba perfectamente los trucos del montuno siendo para muchos el mejor trombonista de la Salsa. El segundo trombón estaba a cargo del puertorriqueño Reinaldo Jorge y el tercero era Willie Colón que contaba con 19 años y era ya el ídolo del barrio y todo el movimiento salsero. Las trompetas estaban a cargo de Roberto Rodríguez, un veterano del Son cubano, el dominicano Héctor Zarzuela «Bomberito» y el americano Larry Spencer. De esta forma el saxo era excluido del mundo de la Salsa.

El piano estaba a cargo de Larry Harlow si bien Richie Ray lo tocó en el tema que vocalizó Bobby Cruz. Bobby Valentín se encargó del bajo y Yomo Toro del cuatro puertorriqueño, instrumento de cuerda similar al tres cubano. La banda tomó el Son cubano como base de su concierto. Las innovaciones realizadas hace tiempo por Arsenio Rodríguez cobran una total vigencia.


El primer disco de Salsa donde se utilizó el tres cubano fue el «Homenaje a Arsenio» de Larry Harlow donde el tres era pulsado por Yomo Toro.

Los cantantes de la histórica reunión del 71 fueron: Héctor Lavoe con su estilo malandro y pendenciero, jugando con una modulación muy callejera de las vocales, alargando todas las frases finales en los montunos; Ismael Miranda «El Niño Bonito», Pete «El Conde» Rodríguez, Adalberto Santiago, Bobby Cruz, Santos Colón y Cheo Feliciano «El Niño Mimado de Puerto Rico».

Cheo fue el auténtico ídolo en el verano del 71 pues aún se recordaban sus éxitos con el sexteto de Joe Cuba y en ese momento reaparecía de un retiro forzoso en la cárcel al que lo había obligado su antigua adicción a la droga. En su regreso Cheo grabó su clásico disco «José "Cheo" Feliciano» con Harlow, Pacheco y Louie Ramírez quien se encargó del vibráfono para evocar el sonido del antiguo sexteto de Joe Cuba.

De todo el grupo de cantantes de aquella noche sólo Lavoe y Cheo consiguieron ser confirmados con el seguimiento incondicional del gran público en los años posteriores.

La Fania All Stars ha grabado numerosos discos, a menudo en público : bien servidos por la producción de Jerry Masucci, éstos han logrado capturar una buena parte de la magia de los conciertos.

http://dl.dropbox.com/u/15707505/Imagenes%20salseros/cheo%20feliciano.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Biografia

La Sonora Ponceña
Don Quique, Papo Lucca y La Sonora Ponceña

Era en Ponce, Puerto Rico, cuando en el 1944 un músico oriundo de Yauco, pero ahora residente de esa ciudad, Enrique “Quique” Lucca Caraballo, decide formar una agrupación musical. Configurada originalmente por dos trompetas, ritmo y voces, y constituida en su totalidad por músicos ponceños, la orquesta es bautizada “Orquesta Internacional”.

Diez años más tarde, el sueño de Lucca, el de lograr hacer algo transcendental, se empieza a esfumar. Cansado de la fiestas de salón y los contratos domingueros, decide desbaratar el conjunto. El quería algo más que un quinteto como el que lideraba en ese momento y buscaba aumentar sus ingresos para sustentar mejor a su esposa Angélica y a sus tres hijos: Zulma, Enrique y Wanda.

Pero llevaba la música en la sangre, y al poco tiempo, febrero de 1954, los reunió de nuevo. Don Enrique iba a establecer un nuevo conjunto, uno más grande, con un sonido más potente. Para alcanzarlo, se había nutrido de un repertorio de temas populares compuestos por Arsenio Rodríguez (a quien le tenía una profunda admiración), la Sonora Matancera y el Conjunto Casino, el de los dos Roberto: Faz y Espí. El nombre oficial de la flamante orquesta sería ¡La Sonora Ponceña!

Los primeros discos de la Ponceña, a pesar de su éxito comercial y excelente instrumentación, no dejaban de ser extraños, ya que se hacían llamar “Sonora”, tenían formato de Orquesta y sonaban como un Conjunto. Y la razón era evidente; aún estaban bajo la influencia del “Ciego Maravilloso”, Arsenio Rodríguez, el tercer cubano, cuyo sello musical era parte inquebrantable de los conjuntos de la época. En sus comienzos, La Ponceña y La Perfecta de Eddie Palmieri, orquesta ubicada en Nueva York, eran muy parecidas, con la excepción de que la sección de vientos de esta última estaba centrada en los trombones.

Tres hechos determinaron la consolidación del estilo de La Sonora Ponceña. El primero fue el nacimiento en 1946 de Enrique Arsenio, el hoy internacionalmente reconocido “Papo”, un niño prodigio que hiciera su debut profesional en el programa de televisión de la popular cantante puertorriqueña, Ruth Fernández, tocando el piano y acompañado por la orquesta fundada por su padre.

La Segunda fue la compra del sello Inca por parte de Jerry Masucci, dueño de la firma Fania Records, quien había escuchado a La Sonora en diferentes conciertos durante sus visitas a Nueva York. Se compra ampliar la distribución y le dio a la Orquesta la oportunidad de conocerse por toda la cuenca caribeña. La tercera, el hallazgo por parte de Papo de la obra musical del pianista Oscar Peterson, considerado uno de los mejores exponentes de Jazz, y cuyo estilo se escuchaba en sus solos de piano.

La historia del desarrollo y eventual éxito del pequeño Enrique está llena de gratas y amenas memorias. Como cuando por más que tratara, en su primera presentación profesional en el programa de Fernández, descubre que no podía alcanzar los pedales del inmenso piano negro que le habían proporcionado. Tenía cuando eso once años y siendo para su edad fisicamente chico, si se sentaba a tocar, los pies no le llegaban a los pedales y si lo hacía parado, casi no veía las teclas. Al rescate Don Quique, quien consola al niño y le dice que no se preocupe porque él nunca permitiría que esa tarde perdiera la oportunidad de tocar profesionalmente por primera vez , le amarra unas extensiones a sus zapatos para que pudiera manejar los pedales.

Otra entretenida anécdota sucede cuando tenía cinco años. Resulta que el niño tocaba las claves con gran habilidad y una de las diversiones favoritas de su padre era verlo tocar con el grupo. Una tarde, mientras el Conjunto Internacional ensayaba, Papo se sienta detrás de una tumbadora mucho más grande que él y comienza a tocar “Ran Kan Kan”, el mambo descarga que popularizara Tito Puente, con tanta precisión que los miembros de la orquesta lejos de interrrumpirlo, decidieron acompañarlo. Días mas tarde, Don Quique habla con un buen amigo , Francisco Alvarado, y con su ayuda matriculan al pequeño en la Escuela Libre de Música Juan Morel Campos de Ponce. Ahí los profesores le enseñaban las normas por la mañana y Don Quique las reforzaba por las noches.

En noviembre de 1957, el niño es la atracción principal de La Sonora Ponceña durante un baile en la ciudad de Bayamón. Familiares, amigos,músicos y el público en general quedan encantados con la presentación, y aunque esa noche no se habló mucho del pequeño pianista, para Don Quique, su conjunto, por fin estaba en la ruta que siempre había anhelado. El año siguiente, tres discos de 78 rpm materializan su quimera. Especialmente, el último de ellos, donde La Sonora Ponceña con Papo Lucca en el piano, acompaña a los boleristas Felipe Rodríguez y Pedro Ortíz Dávila, “Davilita”. Tapas de refrescos nuevamente son utilizadas para que alcance los pedales.

Durante los sesenta, Papo se convierte en la imagen principal y emblema de La Sonora Ponceña y los empresarios comienzan a exigir en los contratos la participación del chico. Y en cada presentación, todas las miradas quedaban fijadas en Papo, no sólo por su juventud, sino también por su innegable talento. A mediados de esa decada, el joven paso de ser el orgullo de su padre para convertirse en el orgullo de su ciudad.

El representante del Sello Inca, Pedro Páez, interesado en La Sonora Ponceña, le ofrece a Don Quique un contrato que no duda en firmar, y con algunas canciones compuestas por integrantes del grupo y otras originales de Arsenio Rodríguez, La Ponceña graba su primer disco de larga duración. Titulado “Hacheros Pa’ Un Palo”, todos los arreglos estuvieron a cargo del joven Papo.

El disco, y en especial el tema de le daba nombre, se convierte en un tremendo éxito radial en Nueva York. Lo mismo sucede con la Segunda grabación, “Fuego en el 23”, realizada en 1969. Cuando eso, además de Don Quique y Papo, La Sonora Ponceña estaba integrada por los cantantes Luigi Texidor y Tito Gómez, el bajista Tato Santaella, el timbalero Edgardo Morales, el conguero Félix Torres, el bongosero Francisco Alvarado y los trompetistas Carmelo Rivera, José Rodríguez, Delfín Pérez y Ramón Rodríguez.

Lucca llegó a conciliar tal influencia con la de Lili Martínez Griñan, el pianista y arreglista del Conjunto de Arsenio Rodríguez, que logró un estilo muy propio, y el que poco a poco se convirtiera en la base de toda la agrupación; aún cuando ese cambio no se hace presente en las primeras grabaciones con Fania. El primer disco para ese sello fue “Navidad Criolla”, álbum que recoge una gran parte de la tradición de aguinaldos y parrandas puertorriqueñas. Los siguientes tres discos, “Prende el Fogón”, “Sonora Ponceña” y “Sabor Sureño”, regresan nuevamente al estilo de Arsenio y la similitud con Palmieri. No fue hasta 1975, con el disco “Tiene Pimienta”, que Papo Lucca incorpora diferentes sonoridades con un teclado electrónico, hecho que consolida el siguiente año en “Conquista Musical”. La razón: el cambio de productor. Para ese disco, la disquera reemplaza a Larry Harlow con Louie Ramírez, quien además se asocia con Papo.

Aconsejado por Louie, La Ponceña inicia una gira por el Caribe y empiezan a internacionar su música interpretando y grabando temas, tales como “La Pollera Colorá”, del colombiano Wilson Choperena y bombas, merengues, boleros-feeling, guaguancós y sones. A fines de los 70’s , La Ponceña graba un disco con Celia Cruz, “La Ceiba”. Ese disco simboliza el cambio definitivo. Para ese entonces ya se habían incorporado como cantantes los puertorriqueños Miguel Ortíz y Yolanda Rivera, los que fueron seleccionados por las características tan disimiles que tenían; y cosa que lejos de turbar al oyente, como muchos temían, logró todo lo contrario.

En 1980, Papo graba uno de los discos más llamativos de La Sonora, “New Heights”, grabación que propuso un nuevo concepto, la ilustración de la carátula. Esa ilustración (y las siguientes), los acercan aún más al público y les crean, aparte de aficionados de su música, un nuevo grupo de seguidores, coleccionistas de tapas. Además, con ese disco, comienzan a titular las grabaciones en Inglés, cosa que refuerza el carácter internacional de la orquesta y es la que mejor mostraba una producción a nivel visual.

A mediados de los 80’s, La Sonora Ponceña era ya conocida como la agrupación más importante de Salsa en Puerto Rico y los Lucca eran amos y señores de la sonoridad. Tanto así, que cuando contratan a un nuevo y desconocido sonero, el desaparecido Toñito Ledée, en menos de dos años ya era un ídolo popular.

Paralelamente, La Ponceña añade dos nuevas novedades; Una, la tenaz grabación de canciones de música moderna cubana, especialmente la de Adalberto Alvarez y la de Pablo Milanés. El primero, siendo Director de “Son 14”, le entrega a Papo dos inesperados éxitos, “Soledad” y “Cuestiones”; y el segundo, cada vez más alejado de la nueva trova que le diera fama y fortuna, le pone en las manos “Canción”, tema basado en un poema de Nicolás Guillen, y “Sigo Pensando en Tí”. La otra fue su incursión en el Latin Jazz, lo que obliga a modificar la sección de vientos y el sonido. Basado también en los arreglos, que cada vez tenían mayores elementos de Jazz, se torna aún más brillante.

Con una discografía de más de 30 discos, uno de los que mejor refleja la historia y monumental contribución que Papo y La Ponceña le han entregado a la música popular caribeña, fue grabado en vivo el 19 de febrero de 2000 en el Anfiteatro Tito Puente de Puerto Rico para celebrar, en forma oficial, su 45 Aniversario. Una impecable grabación donde están presentes muchas de las figuras que formaron filas en su seno y un repertorio que incluye, entre otras, los clásicos “Boranda”, “Timbalero”, “Fuego en el 23”, y “Ahora Sí”. Algunas en versiones extra largas, justificadas sólo porque muestran el virtuosismo de su Director.

En los años subsiguientes, aunque no volvieron a grabar hasta el 2004, La Sonora Ponceña continuó con sus presentaciones, tanto en Puerto Rico como fuera del País. Realizaron innumerables presentaciones en la Isla del Encanto, así como en Nueva York, La Florida, Washington, Connecticut, Philadelphia, Chicago, New Jersey, Venezuela, Panamá, Perú, Colombia, Ecuador, Paris, Inglaterra, Suiza e Italia.

El año 2004 resultó ser uno muy especial para Don Quique, Papo Lucca y su Sonora Ponceña. Por un lado, celebraron por todo lo alto, 50 Años en la música, mientras lanzaban al mercado su nueva propuesta musical, “Back to the Road”, bajo el Sello Pianissimo, propiedad del maestro Papo Lucca.

“Back to the Road” es un clásico disco de La Sonora Ponceña, donde se muestra lo que ha hecho de esta Orquesta una institución, demostrando que no se ha dormido en sus laureles y pasados éxitos, y envia un claro mensaje de que Papo Lucca sigue siendo un músico y visionario como pocos. Este trabajo discográfico demuestra la calidad de la Ponceña, siempre en la línea correcta, manteniendo la tradición y su sonido incomparable. Incluye, entre otros, Caprichosa, El Alacrán, Con Tres Tambores Batá.

En su Jubileo de Oro, que se celebró el 21 de febrero de 2004 en el Coliseo Rubén Rodríguez ante 12 mil personas, La Sonora Ponceña reafirmó su posición como una de las agrupaciones más célebres de Puerto Rico. Fue una fiesta como otras tantas que se forman cuando la Ponceña está en la tarima. La agrupación que dirigen Don Quique y Papo Lucca, sólo supo brindar su especialidad, un derroche de la mejor salsa en el mercado y un álbum musical repleto de nostalgia que incluye unas páginas gloriosas en el repertorio bailable afroantillano.

La Cámara de Representantes y la Legislatura de Puerto Rico, así como instituciones y grupos relacionados con la cultura y el quehacer artístico puertorriqueño, reconocieron a Don Quique y Papo Lucca, por la aportación que éstos han hecho a la música popular en Puerto Rico y el mundo entero durante los pasados 50 años.

El 16 de marzo de 2004, les fue dedicado el vigésimo tercer “Día Nacional de la Salsa”, el más importante acontecimiento salsero en Puerto Rico, celebrado en la Ciudad de Carolina.

En la Ciudad Señorial de Ponce, su ciudad de origen, recibieron el reconocimiento del Alcalde, Hon. Rafael “Churumba” Cordero (QEPD), nombrando una de las calles de la Ciudad, “Enrique Lucca Carballo”, en honor a Don Quique Lucca.

En una votación unánime, la Junta de Directores del “Día Nacional de la Parada Puertorriqueña en Nueva York, designó a la Sonora Ponceña, en su 50 Aniversario, como la Orquesta Invitada de Honor en el Noveno Desfile Anual celebrado el 13 de junio de 2004.

Antes de finalizar el 2004, el 4 de septiembre tuvieron el gran honor de inaugurar, junto al “Apolo Sound” de Roberto Roena y a Richie Rey y Bobby Cruz, uno de los escenarios más importantes de Puerto Rico y el Caribe, El Coliseo José Miguel Agrelot.

La Sonora Ponceña está integrada por Don Quique Lucca, Fundador y Director; Papo Lucca, Pianista, Arreglista y Director Musical; Edwin Rosas, Daniel Dávila, Héctor L. Pérez y Fernando L. Colón, Cantantes; Delfín Pérez, Efrén Camacho, Mario Marcucci y Alfredo del Valle, Trompetistas; Alexander Rosas, Bajo; Wilfredo López, Conga; Domingo Gutierrez, Bongó y Jessie Colón y Manolito Rodríguez, Timbal.

Biografia

Ruben Blades
Rubén Blades Bellido de Luna, cantante, músico, actor, abogado y político panameño.

Nació en el seno de una familia donde el arte siempre ocupó un lugar privilegiado, el 16 de julio de 1948 en el barrio de San Felipe, Ciudad de Panamá, República de Panamá. Sus padres fueron Rubén Blades Bosques y Anoland Bellido de Luna.

En 1974, a los 26 años de edad se graduó de Abogado en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Panamá. Culminó sus estudios profesionales en la "Harvard Law Graduate School" el año 1985.

Desde los años 70 hasta la actualidad ha grabado más de 20 álbumes y ha participado invitado en mas de 15 producciones con varios artistas de distintos géneros y tendencias. Ha participado como actor en diversas producciones tanto de Hollywood como independientes. En reconocimiento de su labor ha recibido 6 premios Grammy.

En 1993 participó en las elecciones presidenciales de su país quedando en tercer lugar, obteniendo el 20% de los votos de entre más de una veintena de candidatos. Actualmente participa en el gobierno de su país como Presidente del Instituto Panameño de Turismo con el rango de ministro. Discografía

Sus inicios en la música se dieron en el afamado sello musical Fania de Nueva York. Sus dotes como cantante le abrieron las puertas, habiendo tenido una participación fugaz en la banda de Richie Ray y Bobby Cruz. Posteriormente en el año 1976 participo en la grabación del Long Play “De Panamá a Nueva York”, disco que sin embargo, Blades no incluye en su discografía.

Su real destape se dio cuando se juntó en fructífera combinación con el trombonista neoyorquino Willie Colón. El primer disco lanzado se convirtió en un clásico de la salsa: “Metiendo Mano” donde se ponía en letras menores: “Willie Colón introduces Rubén Blades”(Willie Colón presenta a Rubén Blades). De dicho álbum salieron los éxitos Pablo Pueblo y Según el Color. El disco fue recibido con muy buenas opiniones por la crítica, pero lo mejor estaba aún por venir.

Varios críticos de la música salsa no dudan en afirmar que existió un disco que marcó un antes y un después en el desarrollo de la salsa. Incluso el crítico musical peruano Luis Delgado Aparicio afirma que este disco es un hito en el desarrollo musical del siglo XX. El disco Siembra incluyó los temas clásicos Pedro Navaja, Plástico, Buscando Guayaba y Siembra. En este disco ya se veía consolidado lo que en un inicio se dejó entrever en “Metiendo Mano”: la habilidad de Rubén Blades de poner en sus letras una impronta personal que después sería llamada “Salsa Intelectual”. En tiempos donde la salsa empezaba su movimiento desde el barrio y la calle a los salones de baile; y las experiencias cantadas de los “guapos” se trocaban por motivos mas “sensuales”, Rubén Blades le cantaba al bandido, al matarife y a la calle. En “Plástico” se deja ver otro tema recurrente en la discografía de Rubén, la exhortación a que una América Latina despierte y un sueño de hispanoamericanismo que manaba directamente desde Bolivar. Actualmente “Siembra” es considerado todo un clásico de la música salsa y es uno de los discos mas vendidos del género.

Bohemio y Poeta no tuvo tanta pegada, pero si la tuvo su disco doble Maestra Vida donde narra la historia de una familia cualquiera en un país de América Latina que podría ser tanto México o Argentina como Bolivia o Guatemala. De ese disco doble destacaron las canciones Manuela, El Nacimiento de Ramiro, y Maestra Vida. Los retratos a lo que se entiende por “barrio”, las críticas a los gobiernos latinoamericanos en general y el canto al amor y a la mujer hacen de este disco doble un referente integral de los valores que tiene la salsa como música según opinión generalizada del público.

La unión con Willie Colón editó además los discos Canciones del Solar de los Aburridos y The Last Fight.

La etapa de Rubén Blades como solista tuvo los álbunes El que la hace la paga y Mucho Mejor, siendo este un disco mas bolerista que salsero.

Ya dentro de los años 80, Blades inicia otra etapa muy fructífera en su carrera artística al juntarse con el grupo “Son del Solar” que luego cambiaría su nombre a “Seis del Solar”. Esta unión produjo los álbumes Buscando América (donde destacan los clásicos Decisiones y El Padre Antonio), Escenas, Agua de Luna, Doble Filo, Nothing but the Truth, Antecedentes, Live! y Caminando. Esta etapa se cierra con el disco The Best.

Ya en los años 90 y luego de su experiencia política, Rubén hace un disco con Willie Colon (Tras la Tormenta) donde se intercalan temas tanto de uno como de otro. La anécdota señala que durante toda la grabación de este disco ni Colon ni Blades estuvieron juntos. Esta situación dio pie al rumor de un distanciamiento entre quienes formaron una de las combinaciones mas recordadas de la Salsa. Sin embargo este rumor fue desmentido por los propios músicos y como versión en contrario hay quienes afirman que la voz de Rubén Blades es la que hace los coros a la canción de Willie Colón, “Talento de Televisión”.

La última parte de la discografía de Rubén Blades refleja un cantante mas maduro y con la capacidad de experimentar en nuevas fusiones y nuevos géneros. El disco La Rosa de los Vientos es un solo de música panameña que Blades ofrece como homenaje a su país. Tiempos y Mundo si bien se alejaron de la salsa, y causaron la nostalgia en los seguidores de Blades, fueron discos premiados por su calidad interpretativa.

La reciente participación de Blades en el disco Across 110th street de la Spanish Harlem Orchestra donde toca su acompañante en Seis del Solar, Oscar Hernández, demuestra que Blades tiene un talento especial para la Salsa y deja en sus seguidores a la espera de su siguiente producción.

Actualmente Blades trabaja para el Gobierno Panameño y se espera que luego de ese compromiso vuelva a presentar alguna nueva producción.

En 2007, Rubén comenzó una etapa interactiva, mostrándose más cerca de la gente en un programa vía Podcast llamado El Show de Rubén Blades SDRB, realizado desde Panamá, en el que hace comentarios sobre nuevas bandas, responde preguntas mandadas por los internautas y se muestra como es, sincero y claro en sus pensamientos.

Biografia

Roberto Roena
Considerado uno de los mejores bongoceros, llamado "El Gran Bailarín" por sus dotes como coreógrafo, y exitoso director de orquesta, Roberto Roena tiene asegurado un sitial de honor en el género de la salsa.

Nacido el 16 de enero de 1940, en el barrio Dulces Labios de Mayagüez, Roena da sus primeros pasos en el arte montando rutinas de baile con su hermano Cuqui en La Sultana del Oeste. Cuando Roberto contaba con nueve años de edad, su familia se radica en Santurce, donde los hermanos continúan puliendo sus rutinas de mambo y cha-cha-chá, deleitando al público asistente a concursos de talento. Ello daría paso a su contratación para presentarse semanalmente en el programa de televisión "La Taberna India" del Canal Dos. Durante una de las grabaciones, el percusionista Rafael Cortijo ve a Roena en acción.

Corría 1956 y Roena era entonces un adolescente de 16 años. Cortijo necesita un bongocero para el conjunto que estaba formando. Visualizando a un bongocero que pudiera bailar y tocar el cencerro a la vez, es el propio Cortijo quien le enseña a Roberto a tocar dichos instrumentos. Es así como, por siete años, Roena forma parte de Cortijo y su Combo, con Ismael Rivera como cantante. Con esa agrupación, recorrieron los escenarios principales de los Estados Unidos, Europa y Sur América. Valga señalar que es el Combo de Cortijo, compuesto mayormente por músicos de la raza negra, el primero en lograr acceso a tarimas donde sólo se presentaban artistas blancos, en y fuera de Puerto Rico.

La buena ventura del Combo termina con la convicción de su cantante estrella, Ismael Rivera, por cargos de posesión de drogas. Con el la ausencia de "El Sonero Mayor", los músicos de Cortijo se cuestionaron la posibilidad de seguir juntos, optando por separarse de su líder. Según señalara el propio Roena, El Gran Combo se gestó en su casa. Sintiéndose en deuda de gratitud con Rafael Cortijo, su mentor, Roena no se incorporó al nuevo Combo de inmediato. Cortijo partió a Nueva York en busca de nuevos músicos, y a los nueve meses, Roberto, quien permaneció en Puerto Rico, decidió ingresar a El Gran Combo que lidereaba el pianista Rafael Ithier.

El Gran Combo se convirtió en la nueva sensación de la música latina, y Roena formó parte del mismo hasta el año 1969. Deseando ya establecer su propia orquesta, Roberto formó "Los Megatones" en el 1967, tocando Latin Jazz los miércoles en la noche en un club local. Pero no fue hasta dos años después, a raíz de diferencias personales con Andy Montañez, vocalista de El Gran Combo, que partió definitivamente. Es entonces que da forma a su orquesta, bautizada como Apollo Sound por la coincidencia del lanzamiento de dicho cohete a la Luna, el primer día de ensayo de la banda.

Aún sin saber leer o escribir música, y probablemente a causa de ello, Roena supo rodearse de excelentes músicos y arreglistas. En el Apollo Sound figuraron músicos de la orquesta de Tito Puente, Cortijo y su Combo, El Gran Combo y Los Sunsets, entre otros. Algunos de los arreglistas y compositores de renombre que nutrieron su repertorio fueron Mario Ortiz, Bobby Valentín, Elias Lopés, Luis "Perico" Ortiz y Papo Lucca. Con el Apollo Sound, Roberto presentó un "nuevo" sonido al género salsero utilizando dos trompetas, un trombón y un saxofón, combinación que tomó bajo la influencia de la sección de vientos del grupo de rock sajón Blood, Sweat and Tears (y de quienes grabaron una versión del éxito "Spinning Wheel").

Roberto siempre consideró la variedad como clave para el éxito, llevándole a incluir en su repertorio desde música a go-gó, hasta la romántica, lo mismo en inglés que en español. El primer disco de Roberto Roena y su Apollo Sound produjo éxitos de impacto como "Tú loco loco y yo tranquilo", "El escapulario" y "El sordo". De hecho, fue el Apollo Sound quienes popularizaron el clásico de Bobby Capó "Soñando con Puerto Rico".

El Apollo Sound grabó bajo el sello International Records (subsidiaria de Fania) durante una década, en la cual cosecharon éxitos como "Traición", "Chotorro", "Mi desengaño", "Fea", "Marejada feliz", "Cui cui" y "El progreso", entre otros. Su repercusión en las ondas radiales vino acompañado de giras a través de los Estados Unidos y Latinoamérica. Cabe destacar su inclusión dentro de las grabaciones y giras de la Fania All-Stars.

Complementando la musicalidad de la agrupación salsera, siempre estaba la característica de "showman" inherente en Roberto Roena. Pintarse el cabello de colores, tocar percusión en ropa interior y amarrarse a un arnés para "volar" a través del escenario del Madison Square Garden, fueron algunos de los trucos que utilizó para sobresalir entre los grupos de moda. De hecho, una nota periodística que reseña la formación del Apollo Sound, los señala como "la primera agrupación en Puerto Rico con un sistema de luces sicodélicas y bailarinas a go-gó". Entrando a la década del 80, Roena y su Apollo Sound experimentaron una merma en su popularidad, reflejo de la crisis que atravesaba el movimiento salsero en general. Sin embargo, Roberto se mantuvo colaborando y grabando de forma independiente con orquestas locales. Ya en 1990, Roena intentó revivir el concepto del Apollo Sound. Abrió un concierto del cantante de rock británico, Sting, en el Coliseo Roberto Clemente, donde presentó su versión salsera del éxito "Every Breath You Take", de dicho intérprete.

En el 1994, celebró los 25 años de su orquesta con un exitoso concierto en el Centro de Bellas Artes, que fue grabado y lanzado al mercado, presentando ante una nueva generación la validez de su propuesta musical.

Biografia

Raphy Leavitt
Datos Biográficos (Derechos Exclusivos: Raphy Leavitt, Enero 2001) (Compositor, director de orquesta, pianista y arreglista)

Rafael Angel Leavitt Rey, conocido en el ambiente musical por Raphy Leavitt, nació el 17 de septiembre de 1948 en Puerta de Tierra, barrio de San Juan, Puerto Rico. Es el segundo de cuatro hermanos de una familia de clase media. Quedó huérfano de madre cuando tenía tres años y, apenas comenzando su adolescencia, también perdió a su progenitor. Es casado y padre de dos hijos, una hembra y un varón.

Obtuvo su educación elemental, intermedia y secundaria en el Colegio San Agustín, escuela católica privada, de la cual se graduó con el honor de “Excelencia General”. Ingresó al Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico y mantuvo matrícula de honor por cuatro años consecutivos mientras estudió en la Facultad de Administración Comercial, especializándose en administración de empresas y contabilidad.

Durante su niñez estudió música en la Academia de Acordeones George Kudirka, un virtuoso en el piano-acordeón. Participó en una orquesta de cuarenta acordeonistas, destacándose como “Primer Acordeón” y solista en la misma. Mientras estudiaba en la universidad, tuvo su primera experiencia como músico profesional en el Combo Los Rey, un sexteto integrado por seis primos-hermanos.

Asumió el rol de director de orquesta en 1966 al formar su propia agrupación musical, Los Señoriales, nombre que luego sustituyó por La Banda Latina. Hasta esta etapa en su trayectoria en la música, Raphy había sido simplemente un intérprete más de la música que por siempre había calado hondo en su corazón: la música de pueblo... ese conglomerado de ritmos cadenciosos al que se identificó con el distintivo ‘SALSA”.

En 1970, tuvo la visión, el deseo y la convicción de brindarle al pueblo un concepto musical diferente. Quería organizar una orquesta nueva que tuviera un sonido y un estilo únicos pero que tuviera la particularidad que la haría diferente a las ya establecidas: un repertorio “selecto” de canciones de mensaje social y filosófico. Asumió su responsabilidad como compositor y arreglista y fundó la Orquesta La Selecta en 1971.

Sus composiciones musicales lo han hecho merecedor de un sinnúmero de reconocimientos en enciclopedias y escritos sobre la “salsa”. Fué premiado con el Busto de Oro-Rafael Hernández por tres de sus composiciones más sobresalientes: "Payaso", "Jibaro Soy", y "La Cuna Blanca" .

Gracias a su tenacidad, dedicación y capacidad administrativa, Raphy ha logrado que por treinta años consecutivos La Selecta sea reconocida como una de las instituciones orquestales de mayor arraigo y popularidad en Puerto Rico y en el extranjero.

Biografia

Ismael Rivera
Ismael Rivera, apodado "El Sonero Mayor", nació el 5 de octubre de 1931 en el antiguo San Mateo de Cangrejos, Santurce, Puerto Rico. Fue el primer hijo del matrimonio compuesto por Margarita Rivera García, ama de casa, y Luis Rivera Esquilín, carpintero ebanista. A Ismael le siguieron cuatro hermanos: Diego, Laura, Ivelisse y Tommy. De niño se distinguió por un apasionado interés en la música y se las pasaba improvisando con latas y palitos. A temprana edad debió abandonar sus estudios para buscarse unos pesitos como limpiabotas y así contribuir con el sostén del hogar. A los 16 años se inició como albañil, aunque se las pasaba cantando y tocando en los rumbones que se formaban en la Calle Calma y otros sectores del Santurce Cangrejero, en unión de su amigo y compadre Rafael Cortijo.

La primera vez que se juntaron para tocar Ismael y Cortijo fue en 1948, en el Conjunto Monterrey, dirigido por Monchito Muley, Maelo como conguero y Cortijo como bongocero. Pese a su interés en cantar, nunca le dieron la oportunidad. Un día, mientras Cortijo tocaba en La Riviera, en La Marina sanjuanera, llegó el entonces albañil a pedirle trabajo y fue contratado por un sueldo de $32.80 semanales, por debajo de los $55.00 que ganaba tirando mezcla fina.

En 1952 debió dejarlo todo para formar parte del ejército de Estados Unidos, pero fue licenciado por su deficiencia en inglés. A su regreso a la Isla, Cortijo le consiguió trabajo con la Orquesta Panamericana de Lito Peña, con quien grabó y pegó los éxitos "El charlatán", "La vieja en camisa" y "La sazón de abuela". Con "El charlatán" se dio a conocer en todos los rincones de la Isla, y posteriormente consiguió la fama internacional. Entre set y set, Maelo salía de El Escambrón y se iba a descargar con su amigo Rafael Cortijo en el Black Magic de Miramar. Un incidente de faldas precipitó su salida de la Orquesta Panamericana y Lito le pidió que no cantara ese día en el programa radial de la orquesta. Pero Ismael decidió no cantar con la orquesta ése ni el resto de sus días.

En 1954 se integra al grupo de Rafael Cortijo, con quien grabaría 17 discos. Con el Combo de Cortijo pegó un sinnúmero de éxitos, entre ellos "El bombón de Elena", de don Rafael Cepeda, así como "El negro bembón", "Juan José", "Besitos de coco", "Palo que tú me das", "Quítate de la vía Perico", "Oriza", "El chivo de la campana", "Maquinolandera", "El yoyo", "María Teresa" y "Yo soy del campo", entre otros. Fue la orquesta fija de la popular "La Taberna India" y reclamada por hoteles de lujo y grandes centros de baile de la época, entre ellos el Palladium Ball Room. En 1957 formó parte de una tremenda "guerrilla" que tocaba en televisión, que incluía a Rafael Hernández en la guitarra, Luisito Benjamín al piano, Lito Peña en el clarinete e Ismael en las maracas.

A finales de los 50, la bomba y plena logran introducirse en los más reclamados salones de baile, gracias al combo de Cortijo y su cantante Ismael. Tal fue el asombro ante el fenómeno musical creado por Ismael y Cortijo, atraído por la finura de sus nítidas improvisaciones y excepcional clave, que el Bárbaro del Ritmo, Benny Moré, lo bautizó como El Sonero Mayor, nombre que le seguiría durante su gloriosa carrera musical. Esta gran acogida de Cortijo y su Combo se debió a que expresaban el sentimiento de su gente y revertían con optimismo los problemas de su pueblo, celebrando el presente y saludando jubilosos el futuro y la esperanza. En Nueva York, la colonia latinoamericana escuchaba y bailaba su música porque les recordaba quiénes eran, mientras a los boricuas residentes en la urbe los hacía sentirse de regreso a su patria. Durante esos años la banda alternó con las grandes orquestas que deleitaban a los baliadores en el famoso Palladium Ball Room, entre éstas la de Tito Rodríguez, Tito Puente y Pérez Prado.

En 1959 Ismael participó junto al Cortijo y su Combo en la película "Calipso", una producción italo-francesa dirigida por Franco Rossi, con Harry Belafonte de protagonista, cinta que conmovió al público latinoamericano, particularmente a los colombianos.

Tras un problema con la justicia, Maelo es separado de la sociedad y enviado a cumplir sentencia en el programa carcelario de rehabilitación en Lexington, Kentucky, donde permaneció confinado cerca de cuatro años. Un compatriota suyo, Bobby Capó, sintió como propio el encierro de Ismael, y le compuso un número que llegaría a convertirse en himno de los reclusos: "Las Tumbas".

Al salir de la cárcel, mientras su compadre Cortijo reintegra a varios de sus músicos en su "Bonche", Maelo adelantó música con el percusionista Kako, Tito Puente y su propia orquesta, Los Cachimbos, para tocar lo que realmente quería, lo que le gustaba. Desde la gran manzana, Maelo y los Cachimbos impactactaron el panorama musical con sus grabaciones "La controversia" y "La soledad", y posteriormente "Mi negrita me espera" y "Dime por qué", dos clásicos de la salsa. Curiosamente, los salones de salsa en Medellín cierran con "Mi negrita me espera", todos la cantan a coro sin bailarla. Otros éxitos con Los Cachimbos fueron "San Miguel Arcángel", "La gata montesa", "La manía de tu mujer", "Maña, Maña" y el bolero de serenata "Hasta Mañana".

Con Kako y su trabuco grabó "Lo último en la avenida". También grabó con la Fania All Star cuando sus dueños Jerry Masucci y Johnny Pacheco compraron el sello Tico Alegre y lograron capturar a una serie de músicos rebeldes. En 1979 fue el artista mejor pagado por esa casa disquera, a excepción de Celia Cruz. Entre los éxitos con la Fania se destacan la versión de "El Nazareno" con Papo Lucca al piano, y "Cúcala", a dúo con Celia Cruz.

El enorme éxito de Ismael como cantante y sonero, le opacó su habilidad como compositor. De él son los temas "Besito de coco", "Aquí estoy, ya yo llegué", "Arrecotín arrecotán", "El que no sufre no vive" y "La cumbita", entre otros.

En agosto de 1974 hubo un histórico reencuentro en el Coliseo Roberto Clemente, entre Cortijo e Ismael y los ex integrantes de su banda, dirigidos entonces por Rafael Ithier bajo el nombre de El Gran Combo; un acontecimiento musical que dejó éxitos como "Ellos se juntan", de Kito Vélez y Sammy Ayala; una nueva versión de "Perico", de Juan Hernández; "Perfume de rosa", de Rafael Ortiz; "El negro bembón", de Bobby Capó; y "Maquinolandera", de Margarita Rivera, Doña Margó.

La muerte de su compadre Rafael Cortijo lo afectó sobremanera, al extremo de perder la voz, pese a que atesoraba la esperanza de recuperarla para cantar en un magno homenaje que le preparaban sus familiares y amigos en el Coliseo Roberto Clemente, con una fanfarria de vientos y poderosos ritmos. Pocos días antes, pasadas las cinco de la tarde, Maelo se encontraba en su casa acompañado de Doña Margot, cuando de repente le sobrevino un infarto cardíaco. En ese instante abrió los ojos, abrazó a su madre, le apretó las manos y poco después falleció, dando la clave para iniciar un 'entierro a la moda'.

Biografia

Ismael Miranda
Ismael Miranda, nació en Aguada, Puerto Rico. Mostrando desde pequeño interés por la música, a los 11 años formó parte de grupos de vocalización llamados "The 4 J's" y "Little Jr. and the Class Mates". Participó con ellos en varias actividades, incluyendo una de las primeras ediciones del espectáculo que celebraba Jerry Lewis para la Distrofia Muscular en Palm Gardens.

En su continuo interés por la música, sobre todo el género afroantillano, formó parte del Sexteto Pipo y su Combo y del grupo Andy Harlow y su Sexteto. En el mismo cantó y tocó conga. En 1967 hizo su primera grabación discográfica con Joey Pastrana titulada "Let's Ball". En ésta el entonces adolescente Ismael se anotó su primer éxito radial con "Rumbón melón".

Con la buena impresión que causó sus actuaciones con Andy Harlow, el hermano de éste, Larry, decidió reclutarlo para su orquesta. Ismael Miranda inició su ciclo de grabaciones con el llamado "Judío Maravilloso" en el álbum "El Exigente". Convencido del potencial del joven cantante, en 1968 Larry lanzó una nueva producción titulada "Orquesta Harlow presenta a Ismael Miranda". Y a renglón seguido, los aciertos se repitieron disco tras disco con las grabaciones "Electric Harlow", "Tribute to Arsenio Rodríguez", "Harlow's Harem", "Abran paso" y "Oportunidad".

Con Larry Harlow Ismael incursionó también en el campo de la composición, compartiendo créditos con éste en los temas "La revolución", "Guasasa", "Arsenio", "El malecón" y "Lamento cubano", entre otros.

A la edad de 19 años se integra a las Estrellas de Fania convirtiéndose en el cantante más joven que componían este grupo, ganándose el mote de "El Niño Bonito de la Salsa".

En pleno auge de la salsa, Ismael irrumpió con fuerza espectacular en las ondas en 1973 al lanzar al mercado la producción "Así se compone un son". Este disco, editado por el sello Fania, marcó el inicio del cantante con su propia agrupación, la Orquesta Revelación. Con ellos tomó por asalto la cuenca del Caribe, los mercados latinos de los Estados Unidos y Europa.

Posteriormente su carrera le dio innumerables aciertos en la música. Temas como "La cama vacía", "La copa rota", "Borinquen tiene montuno", "Como mi pueblo" y "Las cuarentas" le ganaron amplia difusión radial.

En la composición también se anotó éxitos como "Señor sereno", "Abren paso", "Así se compone un son", "Lupe, Lupe" y "Pa' bravo yo", esta última popularizada por el sonero cubano Justo Betancourt.

En la década del 80 grabó varias producciones con su sello discográfico independiente. En 1986 su grabación "Versos de nuestra cultura" junto al cantautor José Nogueras fue uno de los grandes aciertos de la temporada navideña de ese año.

En 1988 anunció su intención de retirarse de los medios artísticos. Pero esa idea nunca llegó a cristalizarse.

Entrados los años 90, Ismael ha grabado con su propio sello discográfico, IM Records, y con la compañía RMM. Y en las postrimerías de la década su unión a Andy Montañes en un proyecto discográfico de boleros del ayer, ha dado ya tres exitosas producciones en suelo nacional.

Los Van Van De Cuba

Aqui el que baila gana

Biografia

Gran Combo De Puerto Rico
Esta institución musical conocida como El Gran Combo de Puerto Rico surge tras la ruptura del Combo de Rafael Cortijo en 1962.

En esa ocasión varios ex integrantes se reunieron con el empresario Rafael Alvarez Guedes con el propósito de formar un grupo musical que acompañaría al cantante dominicano Joseíto Mateo en una grabación para el sello Gema. El disco, producido bajo el título de "Menéame los mangos", contó con la participación Rafael Ithier, Eddie Pérez, Héctor Santos, Kito Vélez, Martín Quiñones, Miguel Cruz y Roberto Rohena. La agrupación, bautizada entonces por Alvarez Guedes como "El Gran Combo" se reunió nuevamente para sentar las bases de lo que sería una de las orquestas de más prestigio en el ámbito nacional e internacional.

Tras un comienzo tormentoso, la calidad de sus músicos les abrió puertas en la emisora WIAC donde iniciaron un programa radial junto a Fidel Cabrera. Poco a poco se fueron dando a conocer en los hogares puertorriqueños y el 26 de mayo de ese año hicieron su primera presentación pública en el salón Rock and Roll de Bayamón. Luego pasaron a WKAQ con Turín Llamas, donde se fraguó su debut ante las cámaras de televisión en "La Taberna India". Posteriormente debutan en el Hotel La Concha, casualmente alternando en un baile homenaje en honor a Rafael Cortijo.

Luego de esta actividad el cantante Chiqui Rivera salió del grupo y Sammy Ayala recomendó para sustituirlo un joven de Trastallares de nombre Junior Montañez. En su debut, a través de WKAQ, el cantante interpretó un número de Bobby Capó que impresionó a varios de los presentes, entre ellos a Felipe "La Voz" Rodríguez, quien le indicó que habían muchos 'Juniors' en el ambiente y que debía cambiarse el nombre por "Andy". A partir de entonces y durante los próximos 15 años, Andy Montañez, habría de convertirse en un mimado del público latinoamericano. Luego regresó Roberto Rohena y permaneció con el Combo durante siete años, cuando finalmente lo abandona para fundar sus Apolo Sound.

Dos días antes del asesinato del presidente John F. Kennedy, salió al mercado la primera producción discográfica del grupo, "Acángana". El luto se apoderó del pueblo puertorriqueño y los productores del disco, los hermanos Alvarez Guedes, detuvieron la distribución en la Isla y enviaron la grabación a Panamá, Venezuela y México, donde sonó con fuerza en los distintos medios de la época. Luego llegó a Nueva York y finalmente a Puerto Rico, donde fue acreedor de su primer Disco de Oro.

Al año siguiente se presentaron por primera vez en la ciudad de Nueva York, donde cosecharon éxitos rotundos en las más prestigiosas tarimas de baile, entre ellas, el Palladium Ball Room, el Bronx Casino, el Manhattan Center y El Caborrojeño. De ahí les abrieron las puertas otras ciudades internacionales, entre ellas Curazao, Panamá, Santo Domingo, y luego Venezuela, Colombia y el resto del continente americano, donde sus números alcanzaron el tope de las listas de los más escuchados. Durante esa época cosecharon tantos admiradores, que muy pronto habrían de lograr un contrato de exclusividad para la televisión boricua en "El Show de las 12", bajo la producción de Paquito Cordero.

El exceso de publicidad a través de la pantalla chica mermó la demanda por el grupo en bailes y actividades públicas y privadas, pues los fanáticos disfrutaban de su sabor a diario desde la sala de sus hogares. Las ventas de sus discos descendieron y también los contratos. Luego de grabar doce discos de larga duración, en 1967 ganaron su segundo "Disco de Oro" por las ventas de la producción "Boogaloo con El Gran Combo".

Dos años más tarde se pone a prueba la estabilidad del grupo con la salida y entrada de algunos músicos, entre ellos Roberto Rohena y Elías Lopés, sustituidos por Baby Serrano y Edwin Cortés. También salen Héctor Santos y Víctor Pérez, y entran por ellos José Duchesne y Mike Torres, quien después sería sustituido por Tommy Sánchez. Más tarde sale Edwin Cortés y entra Gerardo Cruz, quien permanece con el grupo durante diez años. Pese a las dificultades, sus integrantes lograron armonizar y "Los mulatos del sabor" vuelven a la cima de la popularidad, y reciben el "Agüeybaná de Oro" como mejor orquesta de 1969.

La década del 70 se inicia con otros cambios, entre ellos la salida de Milton Correa y la entrada de Miguel Marrero. Se integra al grupo Mike Ramos y sale Mike Torres, quien fue sustituido por Alfredo (Taty) Maldonado. Pese a la renovación, la orquesta siguió ganando adeptos y ese año recibieron "El Momo de Oro", máximos galardón de Venezuela como mejor orquesta internacional, y posteriormente el Festival de Orquestas de Venezuela. La fama de la institución musical trascendía países y continentes. Representantes de casas disqueras entraron en conversaciones con el Combo, pero no prosperaron. El contrato con el sello Gema no les fue renovado, de manera que se encontraron huérfanos de una casa disquera y debieron emprender la difícil empresa de producir sus propios discos. Para ello, Andy tuvo que hipotecar su residencia por $7,000 a pagarse en 30 días. Así nació el sello EGC cuyo primer trabajo se grabó bajo el título "Estamos primeros, El Gran Combo".

En 1971 incorporan a la orquesta el trombón, hábilmente interpretado por Epifanio (Fanny) Ceballo, quien permaneció con el grupo hasta su muerte de cáncer en 1991. Su primera producción con el nuevo sonido fue "De punta a punta" e incluyó los clásicos "Don Goyo", "Achilipú" y "Le dicen papá". Al año siguiente fueron premiados por Record World Magazine como "El Combo del Año" y también ganaron el Festival del Disco de Oro en Miami. Poco después se producen cambios adicionales con la salida del cantante Pellín Rodríguez, quien se lanza como solista. Por él entra Marcos Montañez, hermano de Andy, y permanece con el grupo unos seis meses, cuando entró por él uno de los cantantes actuales, el virtuoso sonero Charlie Aponte.

Por razones de salud en 1975 abandona el grupo uno de los fundadores, el bajista Miguel Cruz, sustituido por Fernando Pérez. El año siguiente fueron declarados "Ciudadanos Honorarios de Nueva Orleáns y en 1977 ganaron la Copa del Presidente de Venezuela como mejor agrupación musical internacional. Ese año se producen otras bajas lamentables tras el retiro de Martin Quiñones y la salida de Andy Montañez, quien recibió una oferta para cantar con la Dimensión Latina de Venezuela. Sustituir a Andy fue difícil, pero hallaron la voz recia y la capacidad de sonear en el talentoso Jerry Rivas.

Muchos dudaron de sus nuevos cantantes, pero muy pronto se disiparon las dudas con la grabación de "El Gran Combo en Las Vegas", álbum ganador del Disco de Oro en 1978.

La década cerró con otros galardones importantes, entre ellos un reconocimiento otorgado por la corporación organizadora del Festival de Bomba y Plena del Instituto de Cultura Puertorriqueña. Y estrenan la nueva década con un Disco de Oro por el álbum "Aquí no se sienta nadie"; así como un viaje a Perú que los colmó de gloria en el país andino. El próximo año reciben el Calendario de Plata en México, un mercado difícil de conquistar.

Al cumplir 20 años, El Gran Combo recibió múltiples reconocimientos nacionales e internacionales, entre los que se destacaron "El Congo de Oro" de Colombia, una Resolución del Senado de Puerto Rico y otra del pueblo de Dorado, así como un Premio Paoli. Dos años más tarde probaron ser "La Universidad de la Salsa", al llevar su música a las frías tierras de Alaska, donde encendieron el ambiente con el calor de su ritmo. Honran la visita con la grabación del disco "Breaking the Ice - El Gran Combo en Alaska" nominado para un Premio Grammy. Ese año ganan otro Premio Paoli y la radioemisora Z-93 le dedica el Primer Día Nacional de la Salsa a Rafael Ithier. Ya para entonces El Gran Combo había conquistado países como Inglaterra, Alemania, Holanda, Suiza, España, Argentina, Venezuela, Japón y todos los Estados Unidos.

En 1982 se presentaron en un concierto histórico en el Madison Square Garden, donde celebraron su Aniversario de Plata ante un abarrotado público que entonaba de pie "Feliz cumpleaños". Otros homenajes no se hicieron esperar e igualmente recibieron "El Guayaquil Luminoso" de Ecuador, el "Premio Aplausos a la Mejor Orquesta", una Resolución de la Cámara de Representantes de Puerto Rico, otra de Bayamón y una proclama del pueblo de Juncos, entre otras. Cinco años más tarde celebraron a todo dar sus 30 años como embajadores de la alegría, iniciando las festividades con un juego de softball con estrellas actuales y legendarias del baseball de Grandes Ligas y artistas invitados, entre éstos, Víctor Pellot Power, Rubén Sierra y Gilberto Santa Rosa.

Los homenajes continuaron en Madrid, donde celebraron en grande y recibieron amplia cobertura en los diarios. A su regreso el Senado de Puerto Rico les rindió un homenaje y los nombró en su Resolución "Embajadores de Nuestra Música". Pero la actividad cumbre de pueblo se celebró en el estadio Hiram Bithorn ante más de 30 mil fanáticos que disfrutaron la historia musical de nuestros "Mulatos del Sabor", en unión de Andy Montañez, Gilberto Santa Rosa, Jerry Rivera, Alex D'Castro, Johnny Ventura y La Sonora Ponceña. Dos meses más tarde se le rindió otro homenaje organizado por sus esposas en la sede del Centro de Convenciones del gobierno de Puerto Rico. Entre tantos premios y distinciones, sus integrantes consideran que el mejor de todos ha sido el respeto, respaldo y el aplauso de su público.

En 2002 la agrupación salsera celebró sus 40 años de fundación con dos conciertos masivos en el Coliseo Rubén Rodríguez de Bayamón. La producción dio paso al lanzamiento de un disco compacto que se distinguió como uno de los más sobresalientes del año, según la Fundación Nacional para la Cultura Popular.

Un año más tarde, la Academia de las Artes y Ciencias de la Grabación en los Estados Unidos reconoció la producción otorgándole un premio Grammy en la categoría de disco triopical.

En la actualidad El Gran Combo de Puerto Rico está compuesto por Rafael Ithier (director musical, piano), Charlie Aponte, Jerry Rivas y Papo Rosario (cantantes); Taty Maldonado (trompeta); Víctor Rodríguez y Moisés Nogueras (trombón); Freddie Miranda (saxofón), Eddie Pérez (saxofón alto); Freddie Riavera (bajo); Miguel Torres (congas); Domingo Santos (timbales) y Richie Bastar (bongó).

Biografia

Bobby Valentin
Este puertorriqueño nacido en 1941 aprendió guitarra antes de entrar en la escuela primaria, enseñado por su padre, y a los 11 años ganó un concurso con una banda dirigida por él. En esta época comienza a estudiar saxo alto y trompeta en la Academia de Música Jose Quinton. A los 15 años se muda con su familia a New York, donde continuó estudiando trompeta, tanto en su escuela como con el legendario Carmine Caruso. También por esta época es que forma una banda, "Los Satélites", con Chu Hernández y Joe Quijano. En 1958 comienza su carrera como músico profesional al entrar en la nueva orquesta de Quijano.

Los siguientes 7 años lo vieron como trompetista, guitarrista y bajista de una gran cantidad de héroes y heroínas de la música latina, como Willie Rosario, Charlie Palmieri, la Orquesta Riverside de Ray Barreto y Tito Rodríguez, además de escribir arreglos para temas de Rosario y Willie Bobo. En 1965 debuta con su propia orquesta, con la que saca dos discos en el mismo año, la segunda de ellas a través de un nuevo sello, Fania, propiedad del músico Johnny Pacheco y el abogado Gerald "Jerry" Masucci.

Siendo que a comienzos de la década Valentin contribuyó con arreglos para algunos temas de Pacheco, fue lo más natural que editara sus discos por el nuevo sello de este. Y a pesar de que Bobby Valentín se mudo con su orqueta a Puerto Rico en 1968, seguía haciendo frecuentes viajes a New York para grabar para Fania, además de trabajar y arreglar temas para la banda del sello, la Fania All-Stars, a la que ayudó a definir el sonido a través de su bajo, en discos clasicos de la década del ´70 como el Tributo a Tito Rodríguez o el disco en vivo en el Yankee Stadium.

En 1978 comienza a grabar para su propio sello, Bronco Records, a través del cual grabó "La boda de ella", tema que se convirtió en una de los más importantes de su carrera. A pesar de que su colaboración con Fania continua hasta bien entrados los ´90, Valentin se preocupo de armar un buen conglomerado de artistas en su propio sello, incluyendo nombres del calibre de Willie Rosario y la Orquesta Mulenze. En la actualidad, Valentin sigue girando con su banda por el mundo, además de continuar con su carrera de arreglador, tanto en Puerto Rico como en New York, trabajando sobre material de Willie Colon, Ismael Miranda y Cheo Feliciano, entre muchos otros.

Gran Combo De Puerto Rico

El Aguacero

Biografia

Cheo Feliciano
José "Cheo" Feliciano nació el 3 de Julio de 1935 y dió sus primeros pasos en firme en el campo de la música como estudiante de la Escuela de Música Libre en su nativa Ponce, Puerto Rico. A la edad de 17, se trasladó con su familia a Nueva York donde empezó su carrera profesional como percusionista con un grupo llamado "Ciro Rimac's Review".

Pasó luego a trabajar con la orquesta de Tito Rodriguez, después como conguero con el Conjunto Marianaxi dirigido por el maestro Luis Cruz, y como percusionista con la orquestra de "Kako y su Trabuco". Por recomendación de Tito Rodriguez, Feliciano hizo una audición y obtuvo un trabajo con el Sexteto de Joe Cuba como vocalista. Con Joe Cuba obtuvo sus primeros éxitos en la radio. Temas como "A las seis", "El ratón", "Como ríen" y "El pito", marcaron su paso por el famoso combo Cubano; por un tiempo hizo una breve aparición con la orquesta de Eddie Palmieri.

Al final de los años 60, Cheo decidió interrumpir su carrera en protesta por la guerra no declarada de los Estados-Unidos contra Vietnam. Después de un retiro de tres años, su carrera se reactivó con una grabación histórica titulada Cheo. Rompiendo todos los records de ventas, con el sello Vaya, se anotó éxitos con sus canciones "Anacaona", "Mi triste problema", "Pa' que afinquen" y "Si por mí llueve". Recibió numerosos premios por su esfuerzo, incluyendo el Front Page Award (Premio Primera Plana) del diario New York Daily News.

De sus años de grabación con el sello Fania se produjeron éxitos como "Juguete", "Salomé", "Los entierros de mi gente pobre" y "Juan Albañil". Tambien formó parte del elenco de la primera opera salsa "Hommy". En los anõs 80, Cheo lanzó su propia compañia de producción de discos: Coche Records. Al entrar a la decada del 90 realizó varios proyectos importantes, incluyendose dos álbums con la Rondalla Venezolana y su trabajo en Cuba, del que editó el compacto: "Cheo en Cuba".

A fines de 1999, Cheo editó una remarcable producción titulada "Una voz, Mil Recuerdos". En este trabajo, Cheo Feliciano rinde homenaje a figuras de la música como Tito Rodríguez, Ismael Rivera, Frankie Ruíz, Mon Rivera, Gilberto Monroig y Santitos Colón, entre otros. El álbum fué escogido como uno de los veinte mejores en 1999 por la Fundación Nacional de la Cultura Popular, por canciones como Camionero.

Hector Lavoe

La Fama

Hector Lavoe

Juanito Alimaña

Hector Lavoe

Periodico de ayer

martes, 23 de noviembre de 2010

Destacados interpretes de salsa

El día de hoy vamos a mencionar algunos de los más destacados cantantes del género salsa. Empecemos mencionando a la cubana Celia Cruz, denominada la reina de la salsa, es una de las principales exponentes de este tipo de música, siendo considerada la cantante latinoamericana más famosa y la mejor pagada. Se hizo conocida con la frase “¡Azúcar!”, siendo descubierta por el director de la orquesta la Sonora Matancera, Rogelio Martínez, cantando éxitos como Burundanga, Caramelos, Ritmo Tambó y flores, Pa´la paloma. La primera canción de salsa que interpretó fue Gracia divina. Otras canciones más recientes fueron La vida es un carnaval y La negra tiene tumbao.

Otro reconocido cantante de salsa es el panameño Rubén Blades, quien además es abogado y ha sido político en su país, siendo calificado su estilo como salsa intelectual. Crítico de las dictaduras militares y del imperialismo de los Estados Unidos, escribió canciones como Desapariciones y Tiburón.

Rubén Blades es también autor de éxitos como Metiendo Mano!, Pablo Pueblo, Plantación adentro, Según el color, Pedro Navaja, Plástico, Buscando Guayaba y Siembra; además compuso El cantante que dedicó a Héctor Lavoe.

Willie Colón, por su parte, es uno de los pioneros de la salsa, nacido en Estados Unidos y de origen puertorriqueño, que a la vez ha innovado diversos géneros musicales del Caribe. Acompañado de Héctor Lavoe, durante seis años, estos cantantes crearon canciones como El malo, El día de mi suerte, Te conozco, Todo tiene su final, Triste y Vacía, Juanito Alimaña, entre otros.

Produjo, también, junto a otros artistas, las canciones Pedro Navaja, Ligia Elena, Mi caso y Apaga la Luz. De esta manera, Willie Colón ha realizado fusiones de ritmos latinos desde el inicio de su carrera musical, como el mambo, la guaracha, el chachachá, la cumbia colombiana, la rumba, teniendo exitosos resultados al componer sus canciones.

Artistas de Salsa:

Biografia Hector Lavoe Héctor Lavoe es una de las figuras principales en la historia de la salsa. En la historia de la salsa, Héctor Lavoe encarna el diálogo entre el sentimiento callejero y el hombre de barrio que esconde las virtudes y desventuras de la sociedad que lo abrigó.

De cantar dulce e hiriente, plasmó en su voz el retrato de la vida de los puertorriqueños que emigraron a Nueva York desde mediados del siglo pasado con la ilusión de reinventar sus vidas y quienes hallaron un mundo colmado de violencia, marginación y desigualdades.
Logró su sitial de "representante del pueblo" por la autenticidad que mostraron sus versos y porque, ante todo, nadie dudó que era un conocedor de las calles a las que le cantó, que fue reportero y protagonista de muchos de los sucesos que contó y que sus pasos transitaron por los barres más ordinarios del barrio boricua, junto a los suyos.

Gozó de una dicción clara, que se añadía a su virtuosismo en la improvisación y que le permitía moldear las líricas de sus canciones con una creatividad indiscutible, triturando los versos hasta convertirlos en nuevos textos musicales.

Nacido el 30 de septiembre de 1946, Héctor Juan Pérez Martínez, su nombre de bautismo, vivió atado a la música desde pequeño, influenciado por la pasión artística de su madre, Leslie Martínez ("Pachita"); su padre, Luis Pérez ("Lucho"); y su abuelo, el trovador Juan Martínez, todos aficionados a la canción popular.
Cuando tenía 3 años de edad fallece su madre y este seria el primero de tantos golpes fuertes que mas tarde sufriria.
A sus 14 años, Héctor Lavoe reunió a un grupo de diez amigos músicos para cantar por las calles de su pueblo. Tres años más tarde, decidió partir a la ciudad de Nueva York para "probar fortuna", impulsado por las dificultades económicas de su familia y el dolor del desarraigo que aún conservaba por el fallecimiento de su madre.
El 3 de mayo de 1963 arribó a la urbe neoyorquina. Colmado de sueños y con el único propósito de cantar en una orquesta, el joven de apenas 17 años fue a parar a casa de su hermana Priscilla, en el barrio del Bronx. Recien que un año mas tarde, un reencuentro con su amigo de infancia Roberto García, líder de un conjunto musical, le produjo su primera oportunidad artística, aunque en participaciones esporádicas.

Después de trabajar en algunas orquestas como corista y maraquero, en 1967 conoció a Johnny Pacheco, quien luego de escucharlo cantar le presentó al joven trombonista y arreglista Willie Colón, quien buscaba un vocalista para la grabación de su primer álbum, "El Malo". Pacheco jamás pensó que ese junte unía a las dos estrellas más refulgentes que tendría la salsa en la primera etapa del desarrollo de la nueva familia discográfica de la Fania.

El binomio Héctor Lavoe y Willie Colón trastocó los patrones rítmicos que marcaron el compás del nuevo género salsero, hasta entonces dominado por un sonido agresivo.

Esta unión lanzó una nueva propuesta musical que combinó el tono pícaro e hiriente de la voz del cantante ponceño y su apego a las melodías de la canción tradicional boricua, con el interés del intrépido trombonista de proyectar en su trabajo la evocación nostálgica del sonido de las raíces de la música puertorriqueña.

Así, el orgullo campesino logró un espacio en el mundo salsero que se curtió en la diáspora, combinado con composiciones modernas y matizadas por fraseos y frases típicas de la ruralía, como el famoso "lelolai".

Héctor Lavoe y Willie Colón triunfaron porque, además de cautivar con su propuesta artística, lograron sembrar la imagen de niños malos del barrio. Se abrieron paso contando sus historias, como si se tratara de la consignación de un texto social que relataba las vicisitudes del emigrante.
Este junte duró 7 años, produjo 10 discos y sentó pautas con éxitos como "Ausencia", "Cheche colé", "Juana Peña", "Barrunto", "Abuelita", "La Murga", "Piraña", "Soñando despierto" y "Todo tiene su final".

En 1973, Willie Colón optó por disolver su orquesta cansado de los descontroles y los desórdenes de la vida un poco turbia que llevaba Héctor Lavoe, no sin antes recomendarle que armara su propia banda, para la que le ofreció sus músicos y se mantuvo como productor de sus discos. Sus influencias salseras las adquiere de Cheo Feliciano, Ismael Rivera e Ismael Quintana.

Héctor Lavoe comienza una nueva etapa en su vida con la aparición, en 1975, de la producción "La voz", que incluyó su primer éxito en solitario, "El Todopoderoso". De ahí deriva si nombre artístico “Lavoe”.

Por su talante como improvisador se ganó los nombres de "El cantante de los cantantes", "El Bad Boy de la Salsa", "El Cantante", "El jibarito de Ponce" y "El rey de la puntualidad", este último porque nunca llegó temprano.
Nunca exhibió aires de arrogancia y siempre fue humilde.
Luego, en 1976, lanza "De ti depende", con el clásico "Periódico de ayer", justo cuando ya era considerado como el mejor cantante puertorriqueño de salsa de Nueva York.

Su vida, sin embargo, anduvo en sobresaltos y los malos andares le provocaron un retiro temporal de los escenarios para someterse a un tratamiento contra la adicción a drogas.

Meses más tarde, regresa recuperado a complacer a su público con el álbum "Comedia" (1978), uno de los más exitosos en su carrera que incluyó los temas "La verdad", "Comedia" y "El cantante", este último escrito por Rubén Blades. A esa producción le siguió "Recordando a Felipe Pireda" (1979), "Feliz Navidad" (1979), "El sabio" (1980), "Qué sentimiento" (1981) y "Vigilante" (1983), que incluyó el tema "Juanito Alimaña", escrita por Tite Curet Alonso y que en la voz de Héctor Lavoe se consagró como una oda más a la historia de "maleantes honorarios".

En 1985 publicó "Reventó", con los éxitos "La vida es bonita" y "La fama", y en 1987 lanza su último trabajo en solitario, "Strikes Back", que incluía el tema "Loco", en una abierta manifestación de deshago.

Tras cada interpretación, imprimió el estilo callejero y desafiante que representó, adornado con su amplio refranero popular y su tono de "poeta de la calle".
Vivió su vida en sobresaltos y sucumbió ante las drogas.

No solo sufrio el asesinato de su hermano, en 1987 su suegra fue asesinada, su padre fallece y su hijo mayor, Héctor Luis, muere a los 18 años de edad de un disparo accidental que le produjo un amigo.

A principios de 1988 se le diagnostica que padece de sida.

Tras tantas desgracias, después del fracaso de un recital, regresó al hotel Regency de San Juan, donde pernoctaba, y el domingo 26 de junio de 1988 se lanzó al vacío desde el octavo piso. Este hecho marcó el ocaso de una vida gloriosa y atormentada que postró al salsero y lo dejó malherido, al punto de malograr sus cuerdas vocales.

Tras el incidente, intentó volver a cantar sin éxito y sin que nadie se compadeciera de su pena. Siempre hubo sedientos productores que en su afán de lucro lo presentaron en conciertos, aunque apenas podía entonar sus afamadas melodías.

El mediodía del 29 de junio de 1993, cinco años después de mal intentar su intento de suicidio, murió en la ciudad de Nueva York. Sus restos fueron trasladados a Puerto Rico y reposan junto a los de su esposa y su hijo.

¿Que es la salsa?

¿Qué es la Salsa?

La confusión que se suele producir sobre la nomenclatura de la música afrocaribeña tiene que ver más con estrategias de mercado que con diferencias musicales. Luego de la Revolución del `59 y el exilio de muchos músicos cubanos a los Estados Unidos, se produjo una separación entre el desarrollo musical de los dos países. Esta separación causó un extraño debate sobre la terminología que se utilizaba para describir la música de origen cubano en los Estados Unidos. La palabra "Salsa" creo mucha controversia desde su creación a principios de la década del `70.



Muchos músicos cubanos insistían en que la salsa no existía, sino que era el son cubano disfrazado con propósitos comerciales, pero la salsa crearía un impacto mundial que terminaría dándole legitimidad. Aunque también debe tenerse en cuenta que los músicos puertorriqueños (y de otros países latinos) tuvieron mucho que ver con la preservación y el desarrollo de esta música en los Estados Unidos, y que su interpretación realmente creó algo nuevo y distinto de lo que se tocaba en Cuba.

Evolución de la Salsa

Mientras el ambiente musical latino en Nueva York durante los años `60 siguió mas o menos con la tradición musical de la época pre revolucionaria en Cuba, los músicos que se habían quedado en la isla experimentaban con los nuevos sonidos y estilos que provenían de los Estados Unidos, y mezclaron elementos del jazz, la fusión y el rock con la música popular bailable, ademas de alejarse de las limitaciones impuestas por la tradición para servir a un publico bailador. Ya para los años `70, el invento de la palabra "Salsa" en la Costa Este de los EE.UU. llegó en el momento cuando esta música vivía un periodo de enorme popularidad tanto como un crecimiento dentro de la industria discográfica.

Así se puede observar el desarrollo de varios formas musicales que emergieron durante estas últimas décadas. En términos generales, se les puede categorizar como la salsa de la Costa Este, la música cubana post revolución (que incluye la música bailable, el jazz, la nueva trova y la Timba), y el jazz y la fusión latina (incluyendo el rock latino, género desarrollado primordialmente en la Costa Oeste de EE.UU.).

Al explorar los varios aspectos de la ejecución dentro de esta evolución, es fascinante observar el desarrollo independiente de cada instrumento dentro de las distintas agrupaciones y, en particular, cómo se crearon patrones específicos dentro de estos estilos. Como antes mencionamos, muchos de los cambios estructurales o desarrollos en los estilos modernos afectaron primordialmente a los instrumentos de percusión, mientras que el piano mantuvo su papel basado en las fundaciones del son y sus variantes.

Origen afrocaribeño de la Salsa

Algo que no se debe olvidar cuando se habla de Salsa o de alguno de las muchas músicas de origen afrocaribeño, es que todos estos ritmos están hechos para bailar. La importancia del baile en el Caribe no es ninguna novedad, y desde la llegada de los españoles todos los textos de cronistas y viajeros están repletos de referencias a la cultura festiva y bailadora de los americanos. Para los cubanos especialmente, la música y el baile han ocupado siempre un lugar muy importante dentro de la sociedad, y de ello queda constancia en innumerables ensayos, artículos y tratados que estudian minuciosamente el tema. Sin embargo se puede considerar la segunda mitad del siglo XIX como la etapa crucial en el proceso de entrecruce y criollización de los géneros musicales y bailables provenientes tanto de África como de Europa.

En este mismo período y como producto de la hegemonía ejercida por el vals, la polca y la contradanza, el baile de pareja se había consolidado como el estilo más difundido en los salones. Es así como Cuba entra al siglo XX bailando danzón, hijo directo de la habanera y la contradanza. A partir de allí el asunto no ha parado, al punto de que en Cuba cada cierto tiempo parece llegar el momento en que los bailarines se aburren de una música y se buscan otra que los entretenga y ponga a bailar nuevamente. Primero, como se dijo, fue el danzón; luego, una vez que se puso pesado y monótono, le incorporaron el danzonete al final del tema para hacerlo menos cuadrado y más alegre y suelto para los bailadores. Luego llego el son oriental a principios de los años `30. Pero una vez más surgió el mentado agotamiento de los bailadores y fue necesario que los músicos ensayaran nuevos ritmos. Así se llegó al mambo en los `40, al chachachá en los `50, la pachanga en los sesenta, y así sucesivamente hasta llegar al songo en los `80 y por supuesto a la timba en los `90.