lunes, 29 de noviembre de 2010

Las estrellas de la fania

La fania hizo leyenda
Ismael Miranda tras el concierto ofrecido por algunos componentes de la mítica Fania, en el festival promovido por la FUNDACIÓN el año 98 en Bilbao

El impulso definitivo a la Música Caribeña sería la creación del sello Fania Record en 1964, obra de Johnny Pacheco y el abogado judío Jerry Massuci, que, a través de grandes conciertos donde reunían a los mejores músicos caribeños lograron imponer la nueva música de fusión. Películas, discos y conciertos multitudinarios impulsaron definitivamente la nueva Música Tropical en Nueva York, Miami, Puerto Rico, Venezuela, Colombia, Santo Domingo, Panamá y más tímidamente en Costa Rica, Méjico y Nicaragua, bajo el nombre de Salsa.

Los inicios del nuevo sello discográfico decidieron a Pacheco a transformar su Charanga en un Conjunto de Son con lo que obtuvo sus primeras ganancias para el nuevo sello. Por aquellos entonces Pacheco utilizaba su coche particular para distribuir sus discos. Los primeros fichajes de la compañía fueron un pianista judío-americano llamado Larry Harlow, que provenía del rock y el jazz pero amaba el Son tras vivir varios años en Cuba y un joven trompetista puertorriqueño, Bobby Valentin
Harlow pronto triunfa incorporando a su banda al joven Ismael Miranda, nacido en «La Cocina del Diablo» o barrio latino de Manhattan. La Fania firma luego a Ray Barreto y su orquesta con lo que las ventas de la compañía comienzan a ser muy importantes.

En 1967 la Fania firma a un trombonista de 15 años, Willie Colón, nacido en el Bronx que graba su, primer disco, «El Malo», con la voz de un cantante llegado de Puerto Rico, Héctor Pérez, que cambiaría su apellido por el más comercial de Lavoe.

La Fania seguirá fichando a las jóvenes orquestas que salen del barrio latino junto a veteranos cantantes cubanos como Monguito y Justo Betancourt. Para el final de la década de los 60 la Fania se ha impuesto ya a los tradicionales sellos Tico y Alegre.
EN DIRECTO DESDE CHEETAH

El 26 de agosto de 1971 se celebra en el Cheetah de la calle 52 una reunión histórica de las estrellas de la Fania que es grabada para realizar la película Nuestra Cosa Latina "Our Latin Thing". La primera reunión de las estrellas se había realizado en 1968 en el Red Garter para realizar una Descarga típica de Latin-jazz. Esta segunda reunión nada tenía que ver con la primera ya que en la música que se interpretó fue dirigida a los bailadores que llenaban la sala y las Descargas de esta reunión resultaron livianas y comerciales.

A la cabeza de esta reunión de estrellas estaba Johnny Pacheco, ya con 12 discos publicados. Le acompañaban Ray Barreto, el pianista puertorriqueño Ricardo Ray, Larry Harlow, Willie Colón, Bobby Valentín y Roberto Roena, siete lideres de orquestas con sus cantantes apoyados por veteranos músicos caribeños del ambiente neoyorkino.

Fania All Stars contaba con una sección percutiva con Ray Barreto en las tumbadoras, Roberto Roena (el bailarín del Combo de Cortijo que un día, por ausencia del bongosero, comenzó a tocar este instrumento) que realizó un aceptable solo en «Ponte Duro» y Orestes Vilató, un veterano pailero cubano integrante de la orquesta de Barreto.

La sección de viento contó con un primer trombón excepcional, Barry Rogers, un americano que dominaba perfectamente los trucos del montuno siendo para muchos el mejor trombonista de la Salsa. El segundo trombón estaba a cargo del puertorriqueño Reinaldo Jorge y el tercero era Willie Colón que contaba con 19 años y era ya el ídolo del barrio y todo el movimiento salsero. Las trompetas estaban a cargo de Roberto Rodríguez, un veterano del Son cubano, el dominicano Héctor Zarzuela «Bomberito» y el americano Larry Spencer. De esta forma el saxo era excluido del mundo de la Salsa.

El piano estaba a cargo de Larry Harlow si bien Richie Ray lo tocó en el tema que vocalizó Bobby Cruz. Bobby Valentín se encargó del bajo y Yomo Toro del cuatro puertorriqueño, instrumento de cuerda similar al tres cubano. La banda tomó el Son cubano como base de su concierto. Las innovaciones realizadas hace tiempo por Arsenio Rodríguez cobran una total vigencia.


El primer disco de Salsa donde se utilizó el tres cubano fue el «Homenaje a Arsenio» de Larry Harlow donde el tres era pulsado por Yomo Toro.

Los cantantes de la histórica reunión del 71 fueron: Héctor Lavoe con su estilo malandro y pendenciero, jugando con una modulación muy callejera de las vocales, alargando todas las frases finales en los montunos; Ismael Miranda «El Niño Bonito», Pete «El Conde» Rodríguez, Adalberto Santiago, Bobby Cruz, Santos Colón y Cheo Feliciano «El Niño Mimado de Puerto Rico».

Cheo fue el auténtico ídolo en el verano del 71 pues aún se recordaban sus éxitos con el sexteto de Joe Cuba y en ese momento reaparecía de un retiro forzoso en la cárcel al que lo había obligado su antigua adicción a la droga. En su regreso Cheo grabó su clásico disco «José "Cheo" Feliciano» con Harlow, Pacheco y Louie Ramírez quien se encargó del vibráfono para evocar el sonido del antiguo sexteto de Joe Cuba.

De todo el grupo de cantantes de aquella noche sólo Lavoe y Cheo consiguieron ser confirmados con el seguimiento incondicional del gran público en los años posteriores.

La Fania All Stars ha grabado numerosos discos, a menudo en público : bien servidos por la producción de Jerry Masucci, éstos han logrado capturar una buena parte de la magia de los conciertos.

http://dl.dropbox.com/u/15707505/Imagenes%20salseros/cheo%20feliciano.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Biografia

La Sonora Ponceña
Don Quique, Papo Lucca y La Sonora Ponceña

Era en Ponce, Puerto Rico, cuando en el 1944 un músico oriundo de Yauco, pero ahora residente de esa ciudad, Enrique “Quique” Lucca Caraballo, decide formar una agrupación musical. Configurada originalmente por dos trompetas, ritmo y voces, y constituida en su totalidad por músicos ponceños, la orquesta es bautizada “Orquesta Internacional”.

Diez años más tarde, el sueño de Lucca, el de lograr hacer algo transcendental, se empieza a esfumar. Cansado de la fiestas de salón y los contratos domingueros, decide desbaratar el conjunto. El quería algo más que un quinteto como el que lideraba en ese momento y buscaba aumentar sus ingresos para sustentar mejor a su esposa Angélica y a sus tres hijos: Zulma, Enrique y Wanda.

Pero llevaba la música en la sangre, y al poco tiempo, febrero de 1954, los reunió de nuevo. Don Enrique iba a establecer un nuevo conjunto, uno más grande, con un sonido más potente. Para alcanzarlo, se había nutrido de un repertorio de temas populares compuestos por Arsenio Rodríguez (a quien le tenía una profunda admiración), la Sonora Matancera y el Conjunto Casino, el de los dos Roberto: Faz y Espí. El nombre oficial de la flamante orquesta sería ¡La Sonora Ponceña!

Los primeros discos de la Ponceña, a pesar de su éxito comercial y excelente instrumentación, no dejaban de ser extraños, ya que se hacían llamar “Sonora”, tenían formato de Orquesta y sonaban como un Conjunto. Y la razón era evidente; aún estaban bajo la influencia del “Ciego Maravilloso”, Arsenio Rodríguez, el tercer cubano, cuyo sello musical era parte inquebrantable de los conjuntos de la época. En sus comienzos, La Ponceña y La Perfecta de Eddie Palmieri, orquesta ubicada en Nueva York, eran muy parecidas, con la excepción de que la sección de vientos de esta última estaba centrada en los trombones.

Tres hechos determinaron la consolidación del estilo de La Sonora Ponceña. El primero fue el nacimiento en 1946 de Enrique Arsenio, el hoy internacionalmente reconocido “Papo”, un niño prodigio que hiciera su debut profesional en el programa de televisión de la popular cantante puertorriqueña, Ruth Fernández, tocando el piano y acompañado por la orquesta fundada por su padre.

La Segunda fue la compra del sello Inca por parte de Jerry Masucci, dueño de la firma Fania Records, quien había escuchado a La Sonora en diferentes conciertos durante sus visitas a Nueva York. Se compra ampliar la distribución y le dio a la Orquesta la oportunidad de conocerse por toda la cuenca caribeña. La tercera, el hallazgo por parte de Papo de la obra musical del pianista Oscar Peterson, considerado uno de los mejores exponentes de Jazz, y cuyo estilo se escuchaba en sus solos de piano.

La historia del desarrollo y eventual éxito del pequeño Enrique está llena de gratas y amenas memorias. Como cuando por más que tratara, en su primera presentación profesional en el programa de Fernández, descubre que no podía alcanzar los pedales del inmenso piano negro que le habían proporcionado. Tenía cuando eso once años y siendo para su edad fisicamente chico, si se sentaba a tocar, los pies no le llegaban a los pedales y si lo hacía parado, casi no veía las teclas. Al rescate Don Quique, quien consola al niño y le dice que no se preocupe porque él nunca permitiría que esa tarde perdiera la oportunidad de tocar profesionalmente por primera vez , le amarra unas extensiones a sus zapatos para que pudiera manejar los pedales.

Otra entretenida anécdota sucede cuando tenía cinco años. Resulta que el niño tocaba las claves con gran habilidad y una de las diversiones favoritas de su padre era verlo tocar con el grupo. Una tarde, mientras el Conjunto Internacional ensayaba, Papo se sienta detrás de una tumbadora mucho más grande que él y comienza a tocar “Ran Kan Kan”, el mambo descarga que popularizara Tito Puente, con tanta precisión que los miembros de la orquesta lejos de interrrumpirlo, decidieron acompañarlo. Días mas tarde, Don Quique habla con un buen amigo , Francisco Alvarado, y con su ayuda matriculan al pequeño en la Escuela Libre de Música Juan Morel Campos de Ponce. Ahí los profesores le enseñaban las normas por la mañana y Don Quique las reforzaba por las noches.

En noviembre de 1957, el niño es la atracción principal de La Sonora Ponceña durante un baile en la ciudad de Bayamón. Familiares, amigos,músicos y el público en general quedan encantados con la presentación, y aunque esa noche no se habló mucho del pequeño pianista, para Don Quique, su conjunto, por fin estaba en la ruta que siempre había anhelado. El año siguiente, tres discos de 78 rpm materializan su quimera. Especialmente, el último de ellos, donde La Sonora Ponceña con Papo Lucca en el piano, acompaña a los boleristas Felipe Rodríguez y Pedro Ortíz Dávila, “Davilita”. Tapas de refrescos nuevamente son utilizadas para que alcance los pedales.

Durante los sesenta, Papo se convierte en la imagen principal y emblema de La Sonora Ponceña y los empresarios comienzan a exigir en los contratos la participación del chico. Y en cada presentación, todas las miradas quedaban fijadas en Papo, no sólo por su juventud, sino también por su innegable talento. A mediados de esa decada, el joven paso de ser el orgullo de su padre para convertirse en el orgullo de su ciudad.

El representante del Sello Inca, Pedro Páez, interesado en La Sonora Ponceña, le ofrece a Don Quique un contrato que no duda en firmar, y con algunas canciones compuestas por integrantes del grupo y otras originales de Arsenio Rodríguez, La Ponceña graba su primer disco de larga duración. Titulado “Hacheros Pa’ Un Palo”, todos los arreglos estuvieron a cargo del joven Papo.

El disco, y en especial el tema de le daba nombre, se convierte en un tremendo éxito radial en Nueva York. Lo mismo sucede con la Segunda grabación, “Fuego en el 23”, realizada en 1969. Cuando eso, además de Don Quique y Papo, La Sonora Ponceña estaba integrada por los cantantes Luigi Texidor y Tito Gómez, el bajista Tato Santaella, el timbalero Edgardo Morales, el conguero Félix Torres, el bongosero Francisco Alvarado y los trompetistas Carmelo Rivera, José Rodríguez, Delfín Pérez y Ramón Rodríguez.

Lucca llegó a conciliar tal influencia con la de Lili Martínez Griñan, el pianista y arreglista del Conjunto de Arsenio Rodríguez, que logró un estilo muy propio, y el que poco a poco se convirtiera en la base de toda la agrupación; aún cuando ese cambio no se hace presente en las primeras grabaciones con Fania. El primer disco para ese sello fue “Navidad Criolla”, álbum que recoge una gran parte de la tradición de aguinaldos y parrandas puertorriqueñas. Los siguientes tres discos, “Prende el Fogón”, “Sonora Ponceña” y “Sabor Sureño”, regresan nuevamente al estilo de Arsenio y la similitud con Palmieri. No fue hasta 1975, con el disco “Tiene Pimienta”, que Papo Lucca incorpora diferentes sonoridades con un teclado electrónico, hecho que consolida el siguiente año en “Conquista Musical”. La razón: el cambio de productor. Para ese disco, la disquera reemplaza a Larry Harlow con Louie Ramírez, quien además se asocia con Papo.

Aconsejado por Louie, La Ponceña inicia una gira por el Caribe y empiezan a internacionar su música interpretando y grabando temas, tales como “La Pollera Colorá”, del colombiano Wilson Choperena y bombas, merengues, boleros-feeling, guaguancós y sones. A fines de los 70’s , La Ponceña graba un disco con Celia Cruz, “La Ceiba”. Ese disco simboliza el cambio definitivo. Para ese entonces ya se habían incorporado como cantantes los puertorriqueños Miguel Ortíz y Yolanda Rivera, los que fueron seleccionados por las características tan disimiles que tenían; y cosa que lejos de turbar al oyente, como muchos temían, logró todo lo contrario.

En 1980, Papo graba uno de los discos más llamativos de La Sonora, “New Heights”, grabación que propuso un nuevo concepto, la ilustración de la carátula. Esa ilustración (y las siguientes), los acercan aún más al público y les crean, aparte de aficionados de su música, un nuevo grupo de seguidores, coleccionistas de tapas. Además, con ese disco, comienzan a titular las grabaciones en Inglés, cosa que refuerza el carácter internacional de la orquesta y es la que mejor mostraba una producción a nivel visual.

A mediados de los 80’s, La Sonora Ponceña era ya conocida como la agrupación más importante de Salsa en Puerto Rico y los Lucca eran amos y señores de la sonoridad. Tanto así, que cuando contratan a un nuevo y desconocido sonero, el desaparecido Toñito Ledée, en menos de dos años ya era un ídolo popular.

Paralelamente, La Ponceña añade dos nuevas novedades; Una, la tenaz grabación de canciones de música moderna cubana, especialmente la de Adalberto Alvarez y la de Pablo Milanés. El primero, siendo Director de “Son 14”, le entrega a Papo dos inesperados éxitos, “Soledad” y “Cuestiones”; y el segundo, cada vez más alejado de la nueva trova que le diera fama y fortuna, le pone en las manos “Canción”, tema basado en un poema de Nicolás Guillen, y “Sigo Pensando en Tí”. La otra fue su incursión en el Latin Jazz, lo que obliga a modificar la sección de vientos y el sonido. Basado también en los arreglos, que cada vez tenían mayores elementos de Jazz, se torna aún más brillante.

Con una discografía de más de 30 discos, uno de los que mejor refleja la historia y monumental contribución que Papo y La Ponceña le han entregado a la música popular caribeña, fue grabado en vivo el 19 de febrero de 2000 en el Anfiteatro Tito Puente de Puerto Rico para celebrar, en forma oficial, su 45 Aniversario. Una impecable grabación donde están presentes muchas de las figuras que formaron filas en su seno y un repertorio que incluye, entre otras, los clásicos “Boranda”, “Timbalero”, “Fuego en el 23”, y “Ahora Sí”. Algunas en versiones extra largas, justificadas sólo porque muestran el virtuosismo de su Director.

En los años subsiguientes, aunque no volvieron a grabar hasta el 2004, La Sonora Ponceña continuó con sus presentaciones, tanto en Puerto Rico como fuera del País. Realizaron innumerables presentaciones en la Isla del Encanto, así como en Nueva York, La Florida, Washington, Connecticut, Philadelphia, Chicago, New Jersey, Venezuela, Panamá, Perú, Colombia, Ecuador, Paris, Inglaterra, Suiza e Italia.

El año 2004 resultó ser uno muy especial para Don Quique, Papo Lucca y su Sonora Ponceña. Por un lado, celebraron por todo lo alto, 50 Años en la música, mientras lanzaban al mercado su nueva propuesta musical, “Back to the Road”, bajo el Sello Pianissimo, propiedad del maestro Papo Lucca.

“Back to the Road” es un clásico disco de La Sonora Ponceña, donde se muestra lo que ha hecho de esta Orquesta una institución, demostrando que no se ha dormido en sus laureles y pasados éxitos, y envia un claro mensaje de que Papo Lucca sigue siendo un músico y visionario como pocos. Este trabajo discográfico demuestra la calidad de la Ponceña, siempre en la línea correcta, manteniendo la tradición y su sonido incomparable. Incluye, entre otros, Caprichosa, El Alacrán, Con Tres Tambores Batá.

En su Jubileo de Oro, que se celebró el 21 de febrero de 2004 en el Coliseo Rubén Rodríguez ante 12 mil personas, La Sonora Ponceña reafirmó su posición como una de las agrupaciones más célebres de Puerto Rico. Fue una fiesta como otras tantas que se forman cuando la Ponceña está en la tarima. La agrupación que dirigen Don Quique y Papo Lucca, sólo supo brindar su especialidad, un derroche de la mejor salsa en el mercado y un álbum musical repleto de nostalgia que incluye unas páginas gloriosas en el repertorio bailable afroantillano.

La Cámara de Representantes y la Legislatura de Puerto Rico, así como instituciones y grupos relacionados con la cultura y el quehacer artístico puertorriqueño, reconocieron a Don Quique y Papo Lucca, por la aportación que éstos han hecho a la música popular en Puerto Rico y el mundo entero durante los pasados 50 años.

El 16 de marzo de 2004, les fue dedicado el vigésimo tercer “Día Nacional de la Salsa”, el más importante acontecimiento salsero en Puerto Rico, celebrado en la Ciudad de Carolina.

En la Ciudad Señorial de Ponce, su ciudad de origen, recibieron el reconocimiento del Alcalde, Hon. Rafael “Churumba” Cordero (QEPD), nombrando una de las calles de la Ciudad, “Enrique Lucca Carballo”, en honor a Don Quique Lucca.

En una votación unánime, la Junta de Directores del “Día Nacional de la Parada Puertorriqueña en Nueva York, designó a la Sonora Ponceña, en su 50 Aniversario, como la Orquesta Invitada de Honor en el Noveno Desfile Anual celebrado el 13 de junio de 2004.

Antes de finalizar el 2004, el 4 de septiembre tuvieron el gran honor de inaugurar, junto al “Apolo Sound” de Roberto Roena y a Richie Rey y Bobby Cruz, uno de los escenarios más importantes de Puerto Rico y el Caribe, El Coliseo José Miguel Agrelot.

La Sonora Ponceña está integrada por Don Quique Lucca, Fundador y Director; Papo Lucca, Pianista, Arreglista y Director Musical; Edwin Rosas, Daniel Dávila, Héctor L. Pérez y Fernando L. Colón, Cantantes; Delfín Pérez, Efrén Camacho, Mario Marcucci y Alfredo del Valle, Trompetistas; Alexander Rosas, Bajo; Wilfredo López, Conga; Domingo Gutierrez, Bongó y Jessie Colón y Manolito Rodríguez, Timbal.

Biografia

Ruben Blades
Rubén Blades Bellido de Luna, cantante, músico, actor, abogado y político panameño.

Nació en el seno de una familia donde el arte siempre ocupó un lugar privilegiado, el 16 de julio de 1948 en el barrio de San Felipe, Ciudad de Panamá, República de Panamá. Sus padres fueron Rubén Blades Bosques y Anoland Bellido de Luna.

En 1974, a los 26 años de edad se graduó de Abogado en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Panamá. Culminó sus estudios profesionales en la "Harvard Law Graduate School" el año 1985.

Desde los años 70 hasta la actualidad ha grabado más de 20 álbumes y ha participado invitado en mas de 15 producciones con varios artistas de distintos géneros y tendencias. Ha participado como actor en diversas producciones tanto de Hollywood como independientes. En reconocimiento de su labor ha recibido 6 premios Grammy.

En 1993 participó en las elecciones presidenciales de su país quedando en tercer lugar, obteniendo el 20% de los votos de entre más de una veintena de candidatos. Actualmente participa en el gobierno de su país como Presidente del Instituto Panameño de Turismo con el rango de ministro. Discografía

Sus inicios en la música se dieron en el afamado sello musical Fania de Nueva York. Sus dotes como cantante le abrieron las puertas, habiendo tenido una participación fugaz en la banda de Richie Ray y Bobby Cruz. Posteriormente en el año 1976 participo en la grabación del Long Play “De Panamá a Nueva York”, disco que sin embargo, Blades no incluye en su discografía.

Su real destape se dio cuando se juntó en fructífera combinación con el trombonista neoyorquino Willie Colón. El primer disco lanzado se convirtió en un clásico de la salsa: “Metiendo Mano” donde se ponía en letras menores: “Willie Colón introduces Rubén Blades”(Willie Colón presenta a Rubén Blades). De dicho álbum salieron los éxitos Pablo Pueblo y Según el Color. El disco fue recibido con muy buenas opiniones por la crítica, pero lo mejor estaba aún por venir.

Varios críticos de la música salsa no dudan en afirmar que existió un disco que marcó un antes y un después en el desarrollo de la salsa. Incluso el crítico musical peruano Luis Delgado Aparicio afirma que este disco es un hito en el desarrollo musical del siglo XX. El disco Siembra incluyó los temas clásicos Pedro Navaja, Plástico, Buscando Guayaba y Siembra. En este disco ya se veía consolidado lo que en un inicio se dejó entrever en “Metiendo Mano”: la habilidad de Rubén Blades de poner en sus letras una impronta personal que después sería llamada “Salsa Intelectual”. En tiempos donde la salsa empezaba su movimiento desde el barrio y la calle a los salones de baile; y las experiencias cantadas de los “guapos” se trocaban por motivos mas “sensuales”, Rubén Blades le cantaba al bandido, al matarife y a la calle. En “Plástico” se deja ver otro tema recurrente en la discografía de Rubén, la exhortación a que una América Latina despierte y un sueño de hispanoamericanismo que manaba directamente desde Bolivar. Actualmente “Siembra” es considerado todo un clásico de la música salsa y es uno de los discos mas vendidos del género.

Bohemio y Poeta no tuvo tanta pegada, pero si la tuvo su disco doble Maestra Vida donde narra la historia de una familia cualquiera en un país de América Latina que podría ser tanto México o Argentina como Bolivia o Guatemala. De ese disco doble destacaron las canciones Manuela, El Nacimiento de Ramiro, y Maestra Vida. Los retratos a lo que se entiende por “barrio”, las críticas a los gobiernos latinoamericanos en general y el canto al amor y a la mujer hacen de este disco doble un referente integral de los valores que tiene la salsa como música según opinión generalizada del público.

La unión con Willie Colón editó además los discos Canciones del Solar de los Aburridos y The Last Fight.

La etapa de Rubén Blades como solista tuvo los álbunes El que la hace la paga y Mucho Mejor, siendo este un disco mas bolerista que salsero.

Ya dentro de los años 80, Blades inicia otra etapa muy fructífera en su carrera artística al juntarse con el grupo “Son del Solar” que luego cambiaría su nombre a “Seis del Solar”. Esta unión produjo los álbumes Buscando América (donde destacan los clásicos Decisiones y El Padre Antonio), Escenas, Agua de Luna, Doble Filo, Nothing but the Truth, Antecedentes, Live! y Caminando. Esta etapa se cierra con el disco The Best.

Ya en los años 90 y luego de su experiencia política, Rubén hace un disco con Willie Colon (Tras la Tormenta) donde se intercalan temas tanto de uno como de otro. La anécdota señala que durante toda la grabación de este disco ni Colon ni Blades estuvieron juntos. Esta situación dio pie al rumor de un distanciamiento entre quienes formaron una de las combinaciones mas recordadas de la Salsa. Sin embargo este rumor fue desmentido por los propios músicos y como versión en contrario hay quienes afirman que la voz de Rubén Blades es la que hace los coros a la canción de Willie Colón, “Talento de Televisión”.

La última parte de la discografía de Rubén Blades refleja un cantante mas maduro y con la capacidad de experimentar en nuevas fusiones y nuevos géneros. El disco La Rosa de los Vientos es un solo de música panameña que Blades ofrece como homenaje a su país. Tiempos y Mundo si bien se alejaron de la salsa, y causaron la nostalgia en los seguidores de Blades, fueron discos premiados por su calidad interpretativa.

La reciente participación de Blades en el disco Across 110th street de la Spanish Harlem Orchestra donde toca su acompañante en Seis del Solar, Oscar Hernández, demuestra que Blades tiene un talento especial para la Salsa y deja en sus seguidores a la espera de su siguiente producción.

Actualmente Blades trabaja para el Gobierno Panameño y se espera que luego de ese compromiso vuelva a presentar alguna nueva producción.

En 2007, Rubén comenzó una etapa interactiva, mostrándose más cerca de la gente en un programa vía Podcast llamado El Show de Rubén Blades SDRB, realizado desde Panamá, en el que hace comentarios sobre nuevas bandas, responde preguntas mandadas por los internautas y se muestra como es, sincero y claro en sus pensamientos.

Biografia

Roberto Roena
Considerado uno de los mejores bongoceros, llamado "El Gran Bailarín" por sus dotes como coreógrafo, y exitoso director de orquesta, Roberto Roena tiene asegurado un sitial de honor en el género de la salsa.

Nacido el 16 de enero de 1940, en el barrio Dulces Labios de Mayagüez, Roena da sus primeros pasos en el arte montando rutinas de baile con su hermano Cuqui en La Sultana del Oeste. Cuando Roberto contaba con nueve años de edad, su familia se radica en Santurce, donde los hermanos continúan puliendo sus rutinas de mambo y cha-cha-chá, deleitando al público asistente a concursos de talento. Ello daría paso a su contratación para presentarse semanalmente en el programa de televisión "La Taberna India" del Canal Dos. Durante una de las grabaciones, el percusionista Rafael Cortijo ve a Roena en acción.

Corría 1956 y Roena era entonces un adolescente de 16 años. Cortijo necesita un bongocero para el conjunto que estaba formando. Visualizando a un bongocero que pudiera bailar y tocar el cencerro a la vez, es el propio Cortijo quien le enseña a Roberto a tocar dichos instrumentos. Es así como, por siete años, Roena forma parte de Cortijo y su Combo, con Ismael Rivera como cantante. Con esa agrupación, recorrieron los escenarios principales de los Estados Unidos, Europa y Sur América. Valga señalar que es el Combo de Cortijo, compuesto mayormente por músicos de la raza negra, el primero en lograr acceso a tarimas donde sólo se presentaban artistas blancos, en y fuera de Puerto Rico.

La buena ventura del Combo termina con la convicción de su cantante estrella, Ismael Rivera, por cargos de posesión de drogas. Con el la ausencia de "El Sonero Mayor", los músicos de Cortijo se cuestionaron la posibilidad de seguir juntos, optando por separarse de su líder. Según señalara el propio Roena, El Gran Combo se gestó en su casa. Sintiéndose en deuda de gratitud con Rafael Cortijo, su mentor, Roena no se incorporó al nuevo Combo de inmediato. Cortijo partió a Nueva York en busca de nuevos músicos, y a los nueve meses, Roberto, quien permaneció en Puerto Rico, decidió ingresar a El Gran Combo que lidereaba el pianista Rafael Ithier.

El Gran Combo se convirtió en la nueva sensación de la música latina, y Roena formó parte del mismo hasta el año 1969. Deseando ya establecer su propia orquesta, Roberto formó "Los Megatones" en el 1967, tocando Latin Jazz los miércoles en la noche en un club local. Pero no fue hasta dos años después, a raíz de diferencias personales con Andy Montañez, vocalista de El Gran Combo, que partió definitivamente. Es entonces que da forma a su orquesta, bautizada como Apollo Sound por la coincidencia del lanzamiento de dicho cohete a la Luna, el primer día de ensayo de la banda.

Aún sin saber leer o escribir música, y probablemente a causa de ello, Roena supo rodearse de excelentes músicos y arreglistas. En el Apollo Sound figuraron músicos de la orquesta de Tito Puente, Cortijo y su Combo, El Gran Combo y Los Sunsets, entre otros. Algunos de los arreglistas y compositores de renombre que nutrieron su repertorio fueron Mario Ortiz, Bobby Valentín, Elias Lopés, Luis "Perico" Ortiz y Papo Lucca. Con el Apollo Sound, Roberto presentó un "nuevo" sonido al género salsero utilizando dos trompetas, un trombón y un saxofón, combinación que tomó bajo la influencia de la sección de vientos del grupo de rock sajón Blood, Sweat and Tears (y de quienes grabaron una versión del éxito "Spinning Wheel").

Roberto siempre consideró la variedad como clave para el éxito, llevándole a incluir en su repertorio desde música a go-gó, hasta la romántica, lo mismo en inglés que en español. El primer disco de Roberto Roena y su Apollo Sound produjo éxitos de impacto como "Tú loco loco y yo tranquilo", "El escapulario" y "El sordo". De hecho, fue el Apollo Sound quienes popularizaron el clásico de Bobby Capó "Soñando con Puerto Rico".

El Apollo Sound grabó bajo el sello International Records (subsidiaria de Fania) durante una década, en la cual cosecharon éxitos como "Traición", "Chotorro", "Mi desengaño", "Fea", "Marejada feliz", "Cui cui" y "El progreso", entre otros. Su repercusión en las ondas radiales vino acompañado de giras a través de los Estados Unidos y Latinoamérica. Cabe destacar su inclusión dentro de las grabaciones y giras de la Fania All-Stars.

Complementando la musicalidad de la agrupación salsera, siempre estaba la característica de "showman" inherente en Roberto Roena. Pintarse el cabello de colores, tocar percusión en ropa interior y amarrarse a un arnés para "volar" a través del escenario del Madison Square Garden, fueron algunos de los trucos que utilizó para sobresalir entre los grupos de moda. De hecho, una nota periodística que reseña la formación del Apollo Sound, los señala como "la primera agrupación en Puerto Rico con un sistema de luces sicodélicas y bailarinas a go-gó". Entrando a la década del 80, Roena y su Apollo Sound experimentaron una merma en su popularidad, reflejo de la crisis que atravesaba el movimiento salsero en general. Sin embargo, Roberto se mantuvo colaborando y grabando de forma independiente con orquestas locales. Ya en 1990, Roena intentó revivir el concepto del Apollo Sound. Abrió un concierto del cantante de rock británico, Sting, en el Coliseo Roberto Clemente, donde presentó su versión salsera del éxito "Every Breath You Take", de dicho intérprete.

En el 1994, celebró los 25 años de su orquesta con un exitoso concierto en el Centro de Bellas Artes, que fue grabado y lanzado al mercado, presentando ante una nueva generación la validez de su propuesta musical.

Biografia

Raphy Leavitt
Datos Biográficos (Derechos Exclusivos: Raphy Leavitt, Enero 2001) (Compositor, director de orquesta, pianista y arreglista)

Rafael Angel Leavitt Rey, conocido en el ambiente musical por Raphy Leavitt, nació el 17 de septiembre de 1948 en Puerta de Tierra, barrio de San Juan, Puerto Rico. Es el segundo de cuatro hermanos de una familia de clase media. Quedó huérfano de madre cuando tenía tres años y, apenas comenzando su adolescencia, también perdió a su progenitor. Es casado y padre de dos hijos, una hembra y un varón.

Obtuvo su educación elemental, intermedia y secundaria en el Colegio San Agustín, escuela católica privada, de la cual se graduó con el honor de “Excelencia General”. Ingresó al Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico y mantuvo matrícula de honor por cuatro años consecutivos mientras estudió en la Facultad de Administración Comercial, especializándose en administración de empresas y contabilidad.

Durante su niñez estudió música en la Academia de Acordeones George Kudirka, un virtuoso en el piano-acordeón. Participó en una orquesta de cuarenta acordeonistas, destacándose como “Primer Acordeón” y solista en la misma. Mientras estudiaba en la universidad, tuvo su primera experiencia como músico profesional en el Combo Los Rey, un sexteto integrado por seis primos-hermanos.

Asumió el rol de director de orquesta en 1966 al formar su propia agrupación musical, Los Señoriales, nombre que luego sustituyó por La Banda Latina. Hasta esta etapa en su trayectoria en la música, Raphy había sido simplemente un intérprete más de la música que por siempre había calado hondo en su corazón: la música de pueblo... ese conglomerado de ritmos cadenciosos al que se identificó con el distintivo ‘SALSA”.

En 1970, tuvo la visión, el deseo y la convicción de brindarle al pueblo un concepto musical diferente. Quería organizar una orquesta nueva que tuviera un sonido y un estilo únicos pero que tuviera la particularidad que la haría diferente a las ya establecidas: un repertorio “selecto” de canciones de mensaje social y filosófico. Asumió su responsabilidad como compositor y arreglista y fundó la Orquesta La Selecta en 1971.

Sus composiciones musicales lo han hecho merecedor de un sinnúmero de reconocimientos en enciclopedias y escritos sobre la “salsa”. Fué premiado con el Busto de Oro-Rafael Hernández por tres de sus composiciones más sobresalientes: "Payaso", "Jibaro Soy", y "La Cuna Blanca" .

Gracias a su tenacidad, dedicación y capacidad administrativa, Raphy ha logrado que por treinta años consecutivos La Selecta sea reconocida como una de las instituciones orquestales de mayor arraigo y popularidad en Puerto Rico y en el extranjero.